Hoy como entonces, no contaban apoyos de los poderes establecidos

El levantamiento del 2 de mayo se produce por parte del pueblo llano en apoyo de un indigno Fernando VII que se encontraba en Bayona negociando con Napoleón su rendición. El Estado español estaba quebrado y Carlos IV primero y Fernando VII después decidieron buscar la protección del entonces Emperador, que buscaba aglutinar a las naciones europeas en torno a su persona.

Sin apoyo de la nobleza, ni del Ejército ni de la monarquía, el pueblo español decidió poner fin a la invasión napoleónica. Cansados del desdén de las tropas francesas, conscientes de su dignidad y de su pertenencia a un pueblo, el estallido salta en Móstoles el 2 de mayo de 1808. Posteriormente Bailén, Zaragoza y Gerona, entre otros, son los escenarios de la batalla por la independencia. La victoria se produce cuatro años más tarde tras casi un millón de muertos.

La historia continúa convulsa durante todo el siglo XIX. Pero el levantamiento del 2 de mayo pasará a la historia como el ejemplo de honor y dignidad de un pueblo plagado de héroes anónimos y desconocidos dispuestos a derramar su sangre por la independencia de la nación.

Entre los muertos habrá siempre una lengua viva para decir que Zaragoza no se rinde. Es probablemente la frase más conocida de los Episodios Nacionales. Galdós representa como no lo ha hecho nadie el espíritu de un pueblo que sin formación castrense ni armamento adecuado retó al mayor ejército de entonces: el napoleónico. Las guerras de guerrillas obligaron a conquistar ciudad a ciudad, calle a calle, casa a casa. Mientras hubiera un español vivo, la guerra no había terminado. Zaragoza no se rinde.

Algo así vive el movimiento objetor que se levanta frente a la imposición adoctrinadora del gobierno afrancesado sin apoyos de nadie. Un levantamiento que también comienza en Madrid y se extiende por toda España como un reguero de pólvora. También en este caso, los afrancesados deberán de conquistar ciudad a ciudad, calle a calle, casa a casa. Porque Zaragoza no se rinde. Actualizado: Ni un paso atrás.

Esta efeméride será analizada por El Club de la Palabra de Intereconomía TV el próximo domingo 4 de mayo a las 20,30. Participará Emilio de Diego, presidente de la Asociación de estudio de la guerra de la Independencia; Luis Miguel Aparisi, vocal de la Sociedad Filantrópica de Milicianos Nacionales Veteranos; y Ángel David Martín, sacerdote, historiador y profesor universitario.

Fue el espíritu de conquista de un pueblo el que permitió la victoria de un ejército de desarrapados frente a unas bien perpetradas y preparadas tropas napoleónicas.

Era de suponer que en la celebración del bicentenario el gobierno apelara con sano orgullo a este sentimiento patriótico. Se suponía que los actos reivindicarían la memoria de los Daoíz, los Velarde y las Agustinas de Aragón que defendieron hasta el último momento la independencia de España frente al invasor francés.

Pero sorprendentemente o no, que diría Rajoy- el Gobierno ha optado por reivindicar la memoria de los afrancesados, de aquellos que se echaron en brazos del invasor con más vergüenza que dignidad. Se les presenta como los luchadores por el progreso del país, los herederos del reformista Carlos III, los padres espirituales de quienes han luchado por el progreso, incluido por supuesto el Ejecutivo Zapatero.

Una vez desvelado abiertamente el afrancesamiento del gobierno, conviene aclarar sus posibles consecuencias. ¿Se someterá al imperialismo empresarial como ya empieza a afirmarse en algunos ámbitos empresariales?