La Casa Rosada retiraría las impugnaciones judiciales y registrales contra Aerolíneas a cambio de una participación accionarial en la aerolínea de bandera. Por su parte, Zapatero, que no dudó en utilizar al caso ARSA como ariete contra el Gobierno Aznar, se olvidaría de los más de 2.900 millones de dólares que a los españoles les ha costado Aerolíneas. Y ambos se olvidan de que Gonzalo Pascual, Gerardo Díaz y Antonio Mata, están imputados en el juzgado núm. 35 de Madrid por los delitos de fraude y desvío de fondos públicos
Gonzalo Pascual y Gerardo Díaz, con la colaboración de Miguel Sebastián, Jefe de Asesores Económicos de Zapatero y Alberto Fernández Jefe de Gabinete de Kirchner, promueven que Marsans ceda un porcentaje de sus acciones en Aerolíneas Argentinas al Estado argentino, a cambio de la aprobación de sus nuevos balances y la liberación por parte del Gobierno del PSOE de los 300 millones de dólares que Marsans aún reclama al Estado español, por la compra de dicha aerolínea. Todo para acordar contra reloj, antes de la visita de Kirchner el próximo 21 de junio. Y si no al Estado argentino, a algún empresario privado próximo a la Casa Rosada.
Versiones de diversa fuente pero siempre coincidentes, han circulado con insistencia en los últimos días en Madrid y en Buenos Aires, referentes al arreglo que G&G, o Gonzalo Pascual y Gerardo Díaz, impulsan para continuar con el control de Aerolíneas Argentinas mediante la entrega de un porcentaje de su participación accionarial al Estado argentino a cambio de la exculpación de todas las acusaciones que ese mismo Estado ha efectuado a través de sus Ministerios de Planificación y Economía, los cuales les ha rechazaron e impugnado judicialmente por fraude contable o balances falsos todos los balances presentados de Aerolíneas y, además, acaban de imputarles por vaciarla en favor de otras empresas del Grupo Marsans. Como contrapartida, el gobierno de Kirchner le aprobaría los próximos balances de la aerolínea, mediante lo cual quedarían invalidadas o sin efecto los anteriores rechazos como las impugnaciones judiciales efectuadas. El aporte o contribución del gobierno de Zapatero a dicho plan continuista promovido por G&G, consistiría en liberarles los 300 millones de dólares que Marsans aún le reclama a la SEPI por su compra de Aerolíneas Argentinas aduciendo supuestas deudas impagadas, haciendo caso omiso a todas las acusaciones que el Tribunal de Cuentas le formuló a Marsans en un reciente Informe, y que su titular Ubaldo Nieto acaba de ratificar en el Congreso de los Diputados, por incumplimientos contractuales en el saneamiento financiero y la reactivación económica de la compañía, la no utilización de los dineros públicos españoles en los fines preacordados, así como la apropiación indebida de los mismos. El Plan gatopardista contaría con el respaldo y asistencia de Alberto Fernández, el número dos del Ejecutivo Kirchner, como gusta autodenominarse, y a quien los gremios de técnicos y pilotos han acusado reiteradamente de ser el principal operador político del Grupo Marsans. Y también contaría con el visto bueno de Miguel Sebastián, un asiduo interlocutor de Fernández, y el más influyente ideólogo y estratega económico de Zapatero tanto para asuntos internos como externos, en especial respecto de las privatizadas argentinas bajo control español.
Se da la circunstancia de que la entrega de Aerolíneas Argentinas (ARSA) al Grupo Marsans por parte de la SEPI de José María Aznar provocó que el entonces PSOE opositor se rasgara las vestiduras por la presunta utilización fraudulenta de dinero público español para reflotar ARSA. Los socialistas acosaron al entonces presidente de SEPI, Ignacio Ruiz-Jarabo, con una batería de preguntas que no fueron respondidas, ni mucho menos, a satisfacción. El propio ministro Jesús Caldera viajó a Buenos Aires para interesarse por el estado de la cuestión. Sin embargo cuando por fin los tribunales han tomado cartas en el asunto, y Gonzalo Pascual, Gerardo Díaz y Antonio Mata, número uno en ARSA, están imputados en un juzgado madrileño por presunta malversación de fondos públicos españoles, los gobiernos español y argentino se sienten tentados a enterrar el fraude.
Para finiquitar la instrumentación del Plan maquillaje antes de la inminente visita de Kirchner a la Moncloa, se reunirían próximamente en Madrid Pascual, Sebastián y Fernández. El responsable de los números es Jorge Blázquez, segundo de Miguel Sebastián, ahora de gran actualidad por su posible participación en el caso Afinsa-Forum Filatélico.
Por estos días Técnicos y Pilotos de Aerolíneas navegan entre la perplejidad y el espanto. Gerardo Díaz les ha reconocido en privado que la situación de Aerolíneas Argentinas es en verdad calamitosa tanto en lo financiero, como en lo patrimonial y técnico como Hispanidad venía sosteniendo-, y que todas sus denuncias contra la administración empresarial encabezada Antonio Mata, el cesanteado ejecutivo máximo de Aerolíneas, eran veraces; pero que les aseguraba que de aquí en adelante, comenzaba una nueva etapa. Precisamente, estas palabras terminaron de encender las alarmas de los gremios, críticos desde hace años de la administración Marsans, porque muy similares fueron las anunciadas en el 2001 por el ahora devenido en chivo expiatorio Antonio Mata, cuando el Grupo Marsans se hizo cargo de Aerolíneas Argentinas, con el mismo fin de garantizar a los empleados el futuro de la compañía. Y como bien saben Pilotos y Técnicos, al igual que deberían saber los gobernantes de España y Argentina, ya en ese entonces Pascual y Díaz eran los dueños mayoritarios o controlantes del Marsans en un 98%, como lo eran en un 70% de Air Comet la dueña dentro del Grupo de Aerolíneas Argentinas, empresa en la cual G&G han reconocido poseer un 64,47% de sus acciones; así que, lo llevado a cabo por Antonio Mata durante cuatro años y medio en la aérea insignia del país austral, nunca pudo ser su política personal , sino del grupo empresarial para el cual trabaja y en el que además es socio minoritario. Pascual y Díaz, dado su indiscutible control accionarial de Marsans, Air Comet, y Aerolíneas, jamás pueden alegar y pretender que les crean al menos sin ofender la inteligencia y la honradez de quienes los escuchan-, que desconocían lo ejecutado en la aerolínea de bandera argentina desde fines del 2001, cuando se las entregó la SEPI junto con 803,2 millones de dólares para sanearla, reactivarla y hacerla viable a futuro, ni eludir sus plenas responsabilidades empresariales y judiciales por lo sucedido desde entonces.
Como en privado sostienen Técnicos y Pilotos -quienes a principios de mayo expusieron ante los Diputados argentinos con meridiana claridad sobre la aciaga situación de Aerolíneas y sus causas, acusando a Marsans de vaciarla y socavar su seguridad aérea-, que si en verdad quieren reconquistarlos, como prueba de amor reconozcan en público sus delitos y, por sobre todo, que pongan de su bolsillo los 550 millones de dólares que presuntamente salieron del Tesoro español, pero nunca llegaron a Aerolíneas Argentinas; caso contrario, afirman, estaríamos encubriéndolos y siendo sus cómplices.
No olvidemos que en el Tribunal 35 de Madrid están procesados como imputados Pascual, Díaz y Mata, entre otros delitos por desvío de fondos públicos españoles, habiéndoles pedido la querella pena de cárcel o libertad bajo fianza, y donde deberá declarar como testigo, el próximo 7 de junio, Juan Gurbindo, director actual de la SEPI y artífice de la venta de Aerolíneas a Marsans; y accede en consecuencia, a entregarle a dicho Grupo USD 300 millones más, los cuales se sumarían a los ya 2.900 millones de dólares que el Estado español destinó hacía dicha compañía desde 1990, los españoles deberemos concluir que desgraciadamente el primer mandatario entiende pésimamente lo de la defensa de nuestros legítimos intereses, a lo cual se acaba de comprometer ante nuestro Parlamento.
Y si el presidente argentino Kirchner propicia y participa del Plan trascendido, ignorando todas las acusaciones formuladas a Marsans a causa de su gestión de Aerolíneas Argentinas, por parte de dos Ministerios del mismo ejecutivo que él encabeza, ratificadas durante tres años consecutivos y ahora ampliadas; menospreciando los numerosos juicios comerciales y penales que contra la administración de Marsans en Aerolíneas están en proceso en los Tribunales argentinos; y accede en consecuencia, a aceptar acciones para su Estado de parte dicho Grupo empresario a cambio de otorgarle impunidad, los argentinos deberían concluir que su primer mandatario entiende pésimamente lo de la Argentina de la justicia y de la dignidad, la cual nuevamente reivindicó el pasado 25 de mayo ante una multitud en Plaza de Mayo, al cumplirse tres años de su gobierno, o eso de que negocia poco con ciertos intereses, como en el mismo acto sostuvo.
Si implementan ese plan, le estarían enviando un oprobioso y demoledor mensaje normativo a sus sociedades, el mismo que promovía como consigna de vida otro GG, Gordon Grekko en la película Wall Street, quien afirmaba que la codicia y la falta de escrúpulos era buena y saludable, porque permitía acumular riquezas eludiendo la ley. Aunque ese GG., de ficción, también fue a parar a la cárcel.