"El matrimonio no es un mero contrato, tiene un aspecto institucional, de orden público, que afecta no sólo a los cónyuges sino a toda la sociedad", afirma el Foro
Ante esta iniciativa, el Foro Español de la Familia, presidido por Benigno Blanco, ha aprovechado para explicarle al ministro algunas cuestiones acerca del matrimonio. Por ejemplo, que tal propuesta puede significar un peligroso paso más en la banalización del matrimonio en la conciencia colectiva de la sociedad española; es decir, un paso más en la dirección equivocada.
Benigno Blanco señala que "el matrimonio no es un mero contrato, tiene un aspecto institucional, de orden público, que afecta no sólo a los cónyuges sino a toda la sociedad por estar implicadas en el mismo cosas tan importantes como la creación del ambiente idóneo para dar vida y los lazos de paternidad y filiación que afectan profundamente a la configuración básica de la sociedad y a su continuidad en el tiempo. Por eso históricamente, en la formalización del matrimonio, intervienen autoridades públicas del Estado o, en su caso, de las instituciones religiosas y no un mero fedatario de la voluntad de las partes".
"España -continúa Benigno Blanco- tiene un gravísimo problema de inestabilidad matrimonial y familiar con una caída muy preocupante de la nupcialidad y la natalidad y con un índice de incremento de las rupturas matrimoniales igual de preocupante. Un gobernante prudente debiera preocuparse de crear las condiciones legales y prácticas que coadyuven a dar estabilidad a la institución matrimonial en España reforzando su carácter institucional y promocionando su permanencia. La iniciativa del ministro Gallardón va en la dirección contraria y no puede justificarse por factores puramente coyunturales como los de agilizar trámites o plazos o el abaratamiento de los procedimientos, cuestiones ambas importantes pero circunstanciales y accesorias".
La progresiva desestabilización de la institución matrimonial en España genera profundos problemas personales, es una de las mayores causas de empobrecimiento de la mujer, priva del ambiente idóneo para su formación e integración social a las nuevas generaciones y destruye estructuras de acogida social en detrimento de la calidad de vida de los menos favorecidos por razones de edad, enfermedad y otras similares, tal y como reflejan los datos del Instituto Nacional de Estadística (ver adjunto).
Por todo ello, el Foro de la Familia solicita al Gobierno que reconsidere seriamente la procedencia de su propuesta y apueste por reformas legales que fortalezcan el matrimonio y su estabilidad.
Andrés Velázquez
andres@hispanidad.com
Recientemente, el ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, realizaba un anuncio desde la cadena COPE: que los matrimonios civiles y los divorcios de mutuo acuerdo podrían formalizarse en las notarías y no en los juzgados. La intención -se supone- de tal modificación del Gobierno es contribuir a desatascar los juzgados españoles.
Ante esta iniciativa, el Foro Español de la Familia, presidido por Benigno Blanco, ha aprovechado para explicarle al ministro algunas cuestiones acerca del matrimonio. Por ejemplo, que tal propuesta puede significar un peligroso paso más en la banalización del matrimonio en la conciencia colectiva de la sociedad española; es decir, un paso más en la dirección equivocada.
Benigno Blanco señala que "el matrimonio no es un mero contrato, tiene un aspecto institucional, de orden público, que afecta no sólo a los cónyuges sino a toda la sociedad por estar implicadas en el mismo cosas tan importantes como la creación del ambiente idóneo para dar vida y los lazos de paternidad y filiación que afectan profundamente a la configuración básica de la sociedad y a su continuidad en el tiempo. Por eso históricamente, en la formalización del matrimonio, intervienen autoridades públicas del Estado o, en su caso, de las instituciones religiosas y no un mero fedatario de la voluntad de las partes".
"España -continúa Benigno Blanco- tiene un gravísimo problema de inestabilidad matrimonial y familiar con una caída muy preocupante de la nupcialidad y la natalidad y con un índice de incremento de las rupturas matrimoniales igual de preocupante. Un gobernante prudente debiera preocuparse de crear las condiciones legales y prácticas que coadyuven a dar estabilidad a la institución matrimonial en España reforzando su carácter institucional y promocionando su permanencia. La iniciativa del ministro Gallardón va en la dirección contraria y no puede justificarse por factores puramente coyunturales como los de agilizar trámites o plazos o el abaratamiento de los procedimientos, cuestiones ambas importantes pero circunstanciales y accesorias".
La progresiva desestabilización de la institución matrimonial en España genera profundos problemas personales, es una de las mayores causas de empobrecimiento de la mujer, priva del ambiente idóneo para su formación e integración social a las nuevas generaciones y destruye estructuras de acogida social en detrimento de la calidad de vida de los menos favorecidos por razones de edad, enfermedad y otras similares, tal y como reflejan los datos del Instituto Nacional de Estadística (ver adjunto).
Por todo ello, el Foro de la Familia solicita al Gobierno que reconsidere seriamente la procedencia de su propuesta y apueste por reformas legales que fortalezcan el matrimonio y su estabilidad.
Andrés Velázquez
andres@hispanidad.com