El regreso de González a las grandes plazas fue presentado por el candidato Rubalcaba.
Abrumadora expectación en Madrid. Más de un centenar de periodistas se han dado cita en la capital este jueves para asistir a un desayuno de trabajo organizado por el Foro de la Nueva Economía en el hotel Ritz. Felipe González, el político socialista invitado que durante 14 años dirigió España, volvía a la palestra madrileña para realizar un repaso genérico de la situación económica a un mes de las elecciones generales del 20-N, convocadas por el presidente Zapatero.
Rubalcaba fue el elegido… para presentarle. Como es habitual en estos saraos, el candidato a la Moncloa se deshizo en elogios con González, "recordando los tiempos de estudiantes". A su vez, González exaltó las virtudes de Rubalcaba cuando ejerció de ministro bajo su mandato, y este jueves el ex presidente informaba de las vueltas que da la vida: "antes tú a mí servicio y ahora yo aquí al tuyo".
Con ese deje sevillano que le caracteriza, a González no se le entendió todo lo que verbalizaba, seguramente con la idea puesta en que sus gracietas andaluzas gustarían a todo el mundo. Al menos para que se las rieran sus amigos de siempre: Solchaga, Barrionuevo, Bono, Rubalcaba, Valeriano Gómez, Jáuregui, Rosa Conde, Antonio Camacho o Carmen Alborch que quisieron desayunar con él. Nada más lejos de la realidad. Durante los 45 minutos soporíferos de discurso, González no dejó de sonreír, -de introducir ribetes de viejo verde al compás de "gozo erótico" y de disfrutar del momento a través de situaciones "casiorgásmicas", como ya preludiaba hace años el concejal socialista Zerolo y sus "orgásmos democráticos"- de verse de nuevo fuerte junto a sus amigos de siempre a los que sólo les ha faltado hacerle la ola, mientras en las mesas de prensa corría el rumor de que no habría preguntas. Las hubo, pero pocas.
"¿España saldrá del euro?", preguntó Hispanidad. "Primero diría que en el caso de Grecia ha sido fruto de un gran engaño, de una ingeniería del engaño, y la Comisión Europea lo descubrió en 2003. No hay que reformar el Tratado de Lisboa, la ayuda con fondos públicos viene del impuesto de sociedades. En el caso de España no hay previsto ningún mecanismo. Es un país bastante centralista, pero el euro no se mantendría. Va a sobrevivir y además a España no le conviene que se marche".
Por último, González tuvo un detalle muy feo con el presidente del Foro de la Nueva Economía, José Luis Rodríguez, cuando tras la tercera de las seis preguntas le espeta "no me pregunte usted mucho más que ya estoy contestando bastante". En gracietas no le ganan ni Montilla ni Chaves, y es que sabe más el diablo por viejo…
José Luis Panero
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