La decisión del Gobierno alemán de cerrar las centrales nucleares en 2022 no ha sentado nada bien a E.ON, como era de esperar. La eléctrica asume que la política energética corresponde al Ejecutivo y al Parlamento, aunque recuerda que los técnicos han avalado la seguridad de las centrales
No obstante, E.ON recuerda que ha realizado inversiones a largo plazo confiando en la anunciada prolongación de la vida útil, por lo el cierre supone pérdidas financieras estimadas en miles de millones de euros que "no puede aceptar".
Por otra parte, el gigante eléctrico espera la retirada del impuesto nuclear y advierte que lo recurrirá: "Mantener la tasa a la vez que se reduce la vida útil de las centrales nucleares conlleva problemas legales adicionales", señala en una dura nota de prensa.
Mariano Tomás
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