Si la evolución futura de una empresa depende de la imagen que ofrece su líder, Telefónica no lo tiene nada claro. Esta podría ser la primera idea que ha soltado Financial Times, a la hora de resumir la intervención en la City londinense del presidente de Telefónica, César Alierta, tras adquirir O2.
Según Financial, Alierta demostró ser un hombre gris, que no contestaba a las preguntas de los periodistas. El retrato es duro, e incluso se ensaña con las características personales del presidente de telefónica, que no es un Demóstenes ni un Crisóstomo, precisamente.
Sin embargo, la sorpresa llega al final, cuando el rotativo londinense advierte que pese a su pésima puesta en escena, Alierta no es hombre de palabras sino de hechos.
Es decir, que se precisa un intérprete, oiga.