Más relevante es la retirada del subsidio a quienes rechacen ofertas de empleo o cursos de formación.
Decíamos ayer que el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, está más fuera que dentro del Gobierno Zapatero. Decíamos, también, que el PSC anda desarbolado y roto tras la salida de Castells, y ZP ya no piensa en otra cosa que en la sociovergencia -en España, no en Cataluña- con CIU. En cualquier caso, Corbacho ha recibido oxígeno con las cifras de paro registrado, que han supuesto una caída de más de 70.000 registrados en los servicios de empleo hasta quedar el paro registrado en 3,9 millones de desempleados. Además, aumenta el número de inscritos en la Seguridad Social.
Aún mayor relevancia tiene el hecho que comentábamos en nuestra anterior edición: piano piano, Corbacho ha ido negando el subsidio a aquéllos que rechazaban una oferta de empleo por tres veces. Una medida que todos aplaudimos aunque, ojo, entre esos expulsados también están los que se negaban a acudir a cursos de formación profesional. Bien está, sin duda, tanto lo uno como lo otro, pero no debemos olvidar la trampa del PSOE en materia de empleo: expulsar de las cifras de paro a los que hacen un curso de formación (por cierto, corrupción institucionalizada la de estos cursos, que sirven para financiar a patronales y sindicatos).
Eso sí, el divorcio entre las cifras de desempleo que presenta la Encuesta de Población Activa (EPA) y las del paro registrado del Ministerio de Trabajo. Lo primero es una encuesta, y refleja mejor la situación real. La EPA del segundo trimestre fue demoledora y habló de un 20% de la población activa en paro. Ahora viene el Servicio Nacional de Empleo con cifras bien distintas. La EPA habla de más paro y Trabajo de menos.
Miriam Prat
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