Hasta la propia prensa argentina (La Nación) reconoce que en la España económica ha sentado muy mal la visita de la esposa del presidente argentino, Cristina Fernández de Kirchner, y el todopoderoso jefe de Gabinete de la Casa Rosada, Alberto Fernández. Observen la jugada: Mientras el Gobierno Kirchner apalea a las empresas españolas (salvo al grupo Prisa al que le permite hacerse con Radio Continental), el dúo Fernández pasará una semana en España y serán recibidos por las más altas esferas gubernamentales, incluido el Rey Juan Carlos.
 
No sólo eso, Iñaki Gabilondo abrirá las puertas de la SER para el mayor de los ditirambos de esa gran estadista que es Cristina Fernández. Y a todo esto, ¿qué pretenden doña Cristina y don Alberto? Pues, simplemente, presionar a través del Rey de España al director gerente del Fondo Monetario Internacional, el español Rodrigo Rato, para que se avenga a aceptar las condiciones que Néstor Kirchner quiere imponer sobre la deuda argentina. De la presión se encarga el propio Gobierno Zapatero y el grupo Prisa, dos almas gemelas, pero utilizar al Rey en el jueguecito sí que representa una novedad.
 
En el entretanto, las filiales españolas en Argentina de las empresas Telefónica, Repsol YPF, Endesa, etc sufren el acoso de los piqueteros argentinos alentados por el propio Kirchner.