El pasado 10 de marzo, la Confederación Católica de Padres de Familia y Padres de Alumnos (CONCAPA) entregaba en Moncloa 3 millones de firmas a favor de la libertad de enseñanza, y, para ser más exactos, de la libertad de los padres, para exigir que sus hijos reciban en la escuela clase de Religión, y que esta asignatura sea evaluable. Pues bien, ni en Moncloa ni en el Ministerio de Educación, que lidera la ministra María Jesús San Segundo, se han dignado recibir a quienes han protagonizado la recogida de firmas más numerosa de toda la historia de España.

Zapatero tampoco ha querido recibir al Foro de la Familia, confederación de organizaciones familiares, por problemas de agenda. Este presidente trabaja demasiado. El Foro ha reunido ya 300.000 apoyos de otros tantos españoles a su Iniciativa Legislativa Popular (ILP) contra la equiparación entre matrimonio y uniones homosexuales, y otras 300.000 viajan hacia Madrid (las ILP conllevan unos requisitos legales muy rígidos, que ha llevado al Foro a centralizar las firma en su sede madrileña); pero Zapatero no considera que dicho representante de las familias españolas sea un interlocutor representativo. Diálogo sí, pero no con cualquiera. Por ejemplo, con las asociaciones gay, cuyos afiliados caben en un Seiscientos, sí, pero con las de la Concapa o el Foro de la Familia, la agenda está repleta. Se lo digo yo : con integristas no hay mucho de qué hablar. 

Cuatro días después de la llegada del furgón de Concapa al Palacio de La Moncloa, un 14-M, en el acto de celebración de la victoria socialista del 14-M, el presidente Zapatero alentaba su diálogo entre civilizaciones. Muy cierto, se puede dialogar con los islámicos, pero no con la Concapa ni con el Foro, que no son nada civilizados.

Por cierto, ¿a qué civilización representa Zapatero en ese diálogo? Es igual, con la humildad que le caracteriza, Zapatero afirmó el lunes 14 que había abierto una era de esperanza, derechos y talante. Nada menos que una nueva era, concepto siempre esquivo, siempre peligroso, pero, ante todo, una muestra inequívoca de humildad.

De todas formas, es lógico que al PSOE no le preocupe mucho 3 millones de firmas o una Iniciativa Legislativa Popular emanada de 500.000 apoyos. A fin de cuentas, las ILP pueden ser paralizadas incluso antes de ser discutidas en Pleno, si así lo opina la mayoría política, es decir, el Sistema Político Dominante (SPD. Sorry, me encantan las siglas). Así que, ¿para qué gastar tiempo con estos indeseables? Diálogo y talante, sí, pero según y cómo.

De hecho, en la sociedad de la información una ILP o una recogida de firmas tiene el valor que los medios informativos quieran darle. Y los medios progres de centro izquierda (Prisa o RTVE) o de centroderecha (El Mundo o Vocento, Tele 5 o A-3 TV) están igualmente en contra del matrimonio natural y de la libertad de enseñanza. Como es lógico, que, no en vano, son progresistas. 

Eulogio López