De otro modo, no se entiende que el programa televisivo "Salsa Rosa", un adefesio más de Silvio Berlusconi y las familias Ybarra y Bergareche, se haya ensañado con el actual ministro de Fomento, Francisco Álvarez-Cascos, a costa de su nuevo enamoramiento. Más no le han podido machacar: reportaje a todo trapo en Canarias (para enviar corresponsales a las zonas más calientes del globo no hay dinero, pero para este tipo de mamarrachadas sí), exposición en bañador-calzón, precio de la habitación (600 euros noche), exhibición de los hijos menores, alusión a la depresión que sufre la ya casi 'ex' y otras lindezas. La pregunta es: ¿Se hubiera atrevido Tele 5 a emitir una ofensa como esta cuando la segunda boda de Cascos, precisamente con la ahora deprimida Gemma Ruiz, fue vivida con escrupuloso respeto por los medios de comunicación así como por la clase política popular? A su matrimonio civil acudieron todos los ministros, puestos en fila, para acreditar que el PP era tan progresista, que avalaba con la presencia de sus líderes el matrimonio de un hombre que dejaba mujer y cuatro hijos.

Pero claro, en aquella época, Cascos no sólo era vicepresidente primero y secretario general del PP. Era, sobre todo, el 'general secretario', como le llamaban en el Partido. Así que ningún medio informativo, ni público ni privado, se atrevió a decir lo que todo el país pensaba (lo mismo ocurre ahora con la divorciada Letizia Ortiz, futura reina de España) y ninguna televisión se hubiera atrevido a injuriar al ministro de Fomento, a su novia y a su ‘ex' como lo ha hecho "Salsa Rosa". Francamente repugnante.

En verdad, no parece que Rajoy cuente con Cascos para la futura legislatura.