Sr. Director:
Estamos en precampaña electoral y es tiempo de obtener promesas de los políticos. Después vendrá el tiempo de cumplirlas... o no. La conciliación de la vida familiar y laboral es uno de los elementos más utilizado por los candidatos para obtener los votos de los electores. Sin embargo, hay un elemento sobre el que nunca he oído hablar a ningún político (esto no quiere decir que no lo hayan hecho), y es la discriminación que supone el hecho de que para una empresa los gastos de personal sean deducibles en el Impuesto sobre Sociedades, mientras que si una familia contrata a una empleada de hogar no se puede deducir del IRPF ni su salario ni las cuotas a la Seguridad Social.
¿A caso esto no es una creación de empleo? ¿No afloraría una parte considerable de la economía sumergida?
Carlos Noriega
cnoriegad@teleline.es