Ilmo. Sr. Primer Ministro de Italia (Silvio Berlusconi). Estoy plenamente seguro de la extrañeza y perplejidad que esta misiva le pueda ocasionar, por ello considero primordial ponerle en antecedentes.
Hace pocos días el Grupo Socialista español, en su afán revisionista de la historia ha presentado una proposición, en el Congreso de los Diputados, por la que se pide una reparación a los descendientes de los moriscos expulsados de España en el siglo XVII. A esta propuesta se ha sumado Izquierda Unida, que dando un pasito más, demanda una compensación.
Ante estos hechos tengo a bien solicitarle a V.I, como legítimo descendiente y sucesor en el poder de aquellos romanos que invadieron la Península Ibérica, una reparación e indemnización.
Soy descendiente de Viriato, que como conocerá fue un valiente guerrero que luchó contra los ejércitos imperialistas provenientes de la Península Itálica. Viendo los generales romanos la imposibilidad de vencer a Viriato el cónsul Cepión sobornó a tres de sus lugartenientes: Ditalcón, Audax y Minuro, con el fin de asesinarle, como así lo hicieron. Cometido el vil crimen los traidores asesinos fueron a cobrar lo convenido, a lo que las autoridades sobornadoras les espetaron la famosísima y lapidaria frase: "Roma no paga traidores."
Resumiendo, Roma asesinó a mi combativo antepasado y tampoco pagó lo estipulado por el crimen.
Por todo lo expuesto solicito de V.I, que siguiendo la línea marcada por los políticos españoles, se me compense con una doble indemnización: una por el asesinato en sí, otra por el soborno que en su día sus antepasados se ahorraron al incumplir la palabra dada.
Manuel Villena Lázaro