Sr. Director:
Totalmente de acuerdo con su artículo. Simplemente hacer una pequeña pero importante precisión. Entiendo lo que usted escribe: que se ha encarnado en las sustancias de pan y de vino. Pero en realidad y siendo precisos no hay tal encarnación.

 

La encarnación sólo ha sido de la persona divina en la naturaleza humana. En la Eucaristía no se da ninguna encarnación sino una admirable conversión que con gran acierto se denomina transustanciación. Sólo quedan las especies o apariencias del pan y del vino pero nada de la sustancia del pan y del vino que se han convertido (transustanciado) en el Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Jesucristo.

Sólo en un sentido metafórico podemos referirnos a la Eucaristía como el Pan de Vida, o el Pan de los ángeles. Es más afortunado el decir que Cristo está escondido, oculto bajo las apariencias del pan y del vino.

José Gil Llorca