- La vicepresidenta defiende el oligopolio político actual: los partidos del sistema, ni uno más.
- Para ello, arremete contra las formaciones 'friqui', que diría don Mariano.
- Centrales nucleares. Garoña podría volver a producir electricidad… si Iberdrola y Endesa quieren… que por ahora no quieren.
- Asistencia Jurídica gratuita. La venganza de Gallardón.
- A los políticos se les exigirá honorabilidad. Es para evitar antiguos terroristas. Está bien, pero sólo eso.
- Fiscalización de partidos políticos: mejor sería la supresión total de subvenciones públicas a los partidos.
Consejo de Ministros del viernes 21 de febrero. Una Soraya Sáenz de Santamaría mucho más tensa que de costumbre dirigió la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. A su lado, el titular de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón (ambos en la imagen), el más artificioso de todo el Ejecutivo, cuyo nerviosismo adolescente le lleva a salir a la carrera de la sala para evitar preguntas incómodas. Por ejemplo, sobre su reforma del aborto, que amenaza con ser el proyecto de ley (menos mal que es el remiendo de otra) de más larga gestación, arrancó a comienzos de legislatura y ya estamos en la segunda parte del partido.
Pero Gallardón se ha especializado en hacerse imprescindible, siguiendo la táctica del olvidado Francisco Fernández Ordóñez: un producto de ringorrango para el conjunto de la legislatura. Por esa ley serás recordado, el resto no importa.
Mientras, la vicepresidenta Soraya sigue en su carrera política personal: utilizar al Duopolio televisivo y a los señores de la prensa para convertirse en la primera mujer presidenta del Gobierno de España. Eso sí, de vez en cuando cabrea a 'number one', porque su juego se nota mucho.
Por ejemplo, se está notando ahora demasiado con el nuevo retraso en obedecer al Tribunal Supremo, incumpliendo el fallo que obliga al Gobierno a cerrar nueve canales. Un fallo que data de año y medio, que obligó el alto Tribunal a un cumplimiento de condena antes de dos meses (plazo vencido el pasado 18 de febrero). Pues bien, cuando Hispanidad le pregunta por ello, Soraya responde, displicente: "pero creo que había un recurso, ¿no". Y luego insiste en que hay que unir el cierre de canales con el dividendo digital. Falso, no tiene nada que ver, aunque es verdad que la liberación de espectro, producto del cierre de nueve canales, será para otorgárselo a la telefonía móvil.
En otras palabras, Soraya está retando al Supremo para demostrar quién manda y para retener el apoyo del duopolio televisivo y de PRISA. Que se ande con cuidado, no vaya a mosquearse Rajoy.
Más consejo. Garoña puede abrirse si es que sus propietarios, Endesa e Iberdrola, lo desean; ocurre que no lo desean mucho, y que Galán está ahora enfrentado al Ejecutivo tras su andanada londinense.
Más importante es cuando llegue la prolongación de la vida de todos reactores nucleares, en general desde los 40 a los 60 años. Esperemos que ahí el Gobierno interponga un canon, y Soria no cometa el "error", mejor, el favor, de Piqué que renovó las hidroeléctricas sin solicitar a cambio un canon.
La vicepresidenta nos recuerda a todos que existen en España 4.000 partidos políticos inscritos, de los cuales 2.500 no tienen actividad alguna. Definitivo: quiere echarles. Es la manía eterna de los partidos del Sistema a los pequeños, que cualquier día pueden crecer. Y hay mucho friqui, sí, pero también hay partidos que, por ejemplo, defienden la vida y pueden hacerle daño al PP. Por ejemplo, a un partido cristiano o que defendiera el derecho a la vida sin ambages. Los partidos políticos consolidados sólo se unen para expulsar a los pequeños.
Más: será necesario ser honorable para ser político. Se trata, en resumen, de que no haya exetarras en policía. Podríamos hablar de Otegi, pero habrá que esperar en qué medida afecta y a quién.
Fiscalización a los partidos políticos. Más valdría la norma más sencilla. Supresión total de subvenciones públicas a los partidos y su sustitución por donaciones privadas con límite máximo y trasparentes. Y si no, que vivan de los afiliados y gasten menos.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com