Se mundializa la práctica del secuestro entre las organizaciones terroristas para financiarseHan pasado casi ocho meses del secuestro de los cooperantes españoles Ainhoa Fernández de Rincón y Enric Gonyalons, que fueron capturados en los campamentos saharauis de Tinduf (Argelia), junto a la también cooperante italiana Rosella Urru, en la noche del pasado 22 de octubre de 2011 y trasladados a algún lugar del norte de Malí.
Pero es que además de Gonyalons y Fernández, otros dos españoles permanecen secuestrados. Las trabajadoras de Médicos Sin Fronteras (MSF) Blanca Thiebaut y Montserrat Serra, secuestradas el 13 de octubre de 2011 y retenidas en Somalia. De este secuestro se cumplen también casi ocho meses.
Desde entonces, el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación mantiene la lógica discreción sobre las actuaciones que lleva a cabo para tratar de poner fin al secuestro.
Y es que las organizaciones terroristas internacionales utilizan cada vez más el secuestro como una vía para financiar sus crímenes.
Así, podemos recordar a los cooperantes españoles Albert Vilalta y Roque Pascual, que fueron liberados el 23 de agosto de 2010 tras un secuestro de casi nueve meses en el Norte de África.
Ojalá todo esto tenga un desenlace cercano y feliz.
Andrés Velázquez
andres@hispanidad.com
Pero es que además de Gonyalons y Fernández, otros dos españoles permanecen secuestrados. Las trabajadoras de Médicos Sin Fronteras (MSF) Blanca Thiebaut y Montserrat Serra, secuestradas el 13 de octubre de 2011 y retenidas en Somalia. De este secuestro se cumplen también casi ocho meses.
Desde entonces, el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación mantiene la lógica discreción sobre las actuaciones que lleva a cabo para tratar de poner fin al secuestro.
Y es que las organizaciones terroristas internacionales utilizan cada vez más el secuestro como una vía para financiar sus crímenes.
Así, podemos recordar a los cooperantes españoles Albert Vilalta y Roque Pascual, que fueron liberados el 23 de agosto de 2010 tras un secuestro de casi nueve meses en el Norte de África.
Ojalá todo esto tenga un desenlace cercano y feliz.
Andrés Velázquez
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