Es la pregunta que se hacen muchos en la City madrileña. ¿Qué pinta Alfredo Pastor en un seminario sobre el Banco Internacional de Pagos de Basilea a celebrar en Shangai? Y nada menos que en compañía del vicepresidente Pedro Solbes y el gobernador saliente, Jaime Caruana (este sí que pinta, dado que preside el Comité Permanente del BIS para dirigir la reforma de los instrumentos de medición de la solvencia bancaria).
Se lo preguntan, por ejemplo, en Moncloa, donde se hacen cruces con la amistad repentina del vicepresidente Solbes y del gobernador del Banco de España, Caruana, socialista el uno, nombrado por el Partido Popular el otro. Solbes se ha adelantado a Miguel Sebastián, asesor económico de Zapatero, en el nombramiento del sucesor de Caruana. Primero se postuló él mismo, luego utilizó el nombre de Alfredo Pastor, el más derechista que ha tenido el equipo económico del PSOE con excepción de Guillermo de la Dehesa (conocido como Guillermo de la Derecha) y finalmente se quedó en MAFO. Porque la pugna sigue siendo la misma: Solbes está dispuesto a seguir en la Vicepresidencia económica, y Zapatero pretende retenerle allí, pero no está dispuesto a que nadie le haga sombra, ni Miguel Sebastián, ni Jesús Caldera, ni los chicos de Ferraz. Eso sí, después del cese de José Bono, hasta Solbes puede replantearse su afición a la rebeldía. Ahora, Zapatero ha demostrado su verdadera cara: la política Kleenex de usar y tirar. En cuanto tenga un sustituto para Solbes, prescindirá de Solbes.
Mientras tanto, el que está feliz es Francisco González, presidente del BBVA. Hasta ahora FG tenía previsto vender el BBVA a un banco extranjero, con tres candidatos a la vista: ING, HSBC o Citigroup- sabe que con otro gobernador en el Banco de España le será difícil mantenerse en el BBVA. Antes prefiere vendérselo a un foráneo. Sin embargo, ahora, con el apoyo del nuevo gobernador y del vicepresidente económico, a lo mejor se queda un poco más.