En plena polémica por la destrucción de símbolos franquistas, el que fuera secretario general del Partido Comunista de España, Santiago Carillo, comparecía en A-3 TV, durante la mañana del martes 29. El libro de César Vidal sobre Paracuellos y Katyn ha vuelto a poner de moda las matanzas realizadas durante los primeros meses de la Guerra Civil en la localidad madrileña de Paracuellos del Jarama (se calcula que fueron fusilados sin juicio previo más de 5.000 presos), por milicianos socialistas, comunistas y anarquistas.
La entrevistadora, Monserrat Domínguez, no podía dejar de aludir al asunto, pero pasó tangencialmente sobre la cuestión. Así, habló de libros y artículos que mencionan el caso Paracuellos, donde fueron fusilados miles de nacionales, pero en ningún momento se atrevió a preguntarle si las afirmaciones de César Vidal eran ciertas o falsas. Hay que recordar que Carrillo, a quien el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, con el apoyo explícito del Rey de España, acaba de organizar un homenaje por su nonagésimo cumpleaños, era el máximo responsable de la Junta de Defensa de Madrid (órgano civil, no militar), rodeada por los franquistas, cuando se produjeron los asesinatos de Paracuellos.
¡A bodas me convidan!, pensó Carrillo, quien, ante tan indulgente actitud, se despachó a gusto diciendo que seguirá sufriendo esas acusaciones mientras viva y que al Partido Popular se le ve el pelo de la dehesa cuando no rompe con el Franquismo.
Recientemente, el diario El País, mucho más profesional, le preguntó por su responsabilidad en la matanza de Paracuellos. En ese momento, Carrillo se vio obligado a responder con su habitual teoría: reconoce que se produjeron excesos pero él no los organizó.