De nuevo, la flamante primera dama francesa, Carla Bruni, se exhibe en carnes vivas en las bolsas de Pardón, cadena de grandes superficies del departamento de ultramar de La Reunión
La instantánea, de Michel Comte, logró el precio de 91.000 dólares en la Galería Christie´s. Bruni se ha querellado con los usurpadores de su imagen que cedió para la campaña de la lucha contra el cáncer en el año 1993 y en la que exhibe el busto desvestido. El tribunal de Primera Instancia de Sains Denis de La Reunión ha multado a Pardon al pago de 40.000 euros por daños y perjuicios.Por otra parte la publicación Vanity Fair, insertó una noticia con tres fotos a doble página. El desplegable proporciona lo jamás visto, las tetas de la jactanciosa modelo, esposa de Sarkozy. También exhibió su palmito como prescriptora, un tanto desabrigada, de una prestigiosa marca de automóviles cuya campaña fue emitida a través de los diversos medios de comunicación franceses.
El semanario galo Le Point nos fascinó con una instantánea del fotógrafo Helmut Newton, exaltando un sorprendente drama hogareño, su madre en ropa interior y ella sentada, lascivamente, en las extremidades de su progenitor.
El primer mandatario galo está dilapidando su popularidad por las eróticas liviandades de su esposa. El cuerpo humano, muestra de la condición material de las personas, posee en sí mismo una trascendencia no rebajable al mero consumo publicitario. Su uso supone un irrespetuoso ataque a una parte esencial de la naturaleza humana, en aras de una finalidad comercial. Una clara agresión que atenta contra la dignidad humana de las mujeres.
El erotismo es el fascismo diario de las democracias, afirmó Catharine A. MacKinnon.
Clemente Ferrer
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