Modestos resultados de la Caja de la Inmaculada, que no goza de la misma protección política que Bancaja

Fuerte mora, un 4,43, la de la CAI, que en el primer semestre obtuvo un beneficio neto de 30 millones de euros, un 30% menos que durante el mismo periodo del año anterior. Lo más significativo es que de un resultado recurrente de 4 millones de euros se han destinado 24 a provisiones voluntarias. Seguramente harán falta.

Flojos resultados para la segunda entidad aragonesa, y ser la segunda no es bueno en los tiempos que corren: los gobiernos siempre protegen a la primera ante una fusión inter-regional, pero abandonan fácilmente a la segunda.