Durante el desayuno informativo organizado por Forum Europa, el ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos había mantenido distancia respecto al conflicto en Oriente próximo. Pero en el turno de preguntas, el tema era obligatorio. Le preguntaron por la foto de Zapatero con el pañuelo palestino y Moratinos restó importancia a la polémica y señaló que forma parte de la normalidad: vestir la indumentaria local. Claro que me parece oportuno, es un acto juvenil que podemos compartir. Moratinos considera que no hay que extraer consecuencias políticas y que no tiene la mayor trascendencia.
¿A qué silencios se refería Zapatero? Moratinos responde que el Presidente se refería al Consejo de Seguridad, que sigue sin tomar decisiones para desescalar el conflicto. Existen dos posibilidades, informa el ministr o fortalecer las fuerzas internacionales que tradicionalmente han estado ahí o conformar un nuevo contingente internacional en el que la definición de la posición española es todavía temprana. Debería de ser aprobado por el gobierno y después por el Congreso.
Pero el asunto empezó a elevarse de temperatura cuando tomó la palabra el ex presidente de la comunidad judía en España, Mauricio Toledano. Criticó que Zapatero se haya posicionado en contra de Israel y censuró que al gobierno español por antisemita. Como es lógico, el comentario no gustó nada a Moratinos que saltó a la yugular con cierta violencia. Sus críticas sobre antisemitismo no las podemos tolerar; lo rechazamos duramente y energéticamente. No voy a tolerar que indiques que el presidente es antisemita; es el error que tenéis los judíos al confundir las críticas a Israel con el antisemitismo.
Además, Moratinos considera que Israel está menos segura ahora. Pues yo digo que sí, señalaba Toledano desde su mesa. Pues yo te digo que no, insistía el ministro desde la mesa presidencial. Sólo cuando Israel se ha retirado tras una negociación política la paz ha sido duradera, la ausencia de voluntad política ha dado alas a Hizbulá. Así de duro se mostró el ministro. Toledano salió de la sala dando un portazo. Lo mismo que el embajador de Israel, Victor Harel, que en el hall del hotel donde se celebraba la reunión dijo todo menos bonito sobre el embajador. Mauricio no debió decir eso en público, insistía a sus íntimos Moratinos al término del acto.