Lo de créditos preconcedidos es algo parecido a lo de pre-embrión: nadie sabe lo que es. En cualquier caso, el Banco Santander ha utilizado esta nueva figura crediticia para lanzar una campaña de publicidad en toda la prensa española -dos páginas por ejemplar, oiga usted-, con una cifra mágica: 4.000 millones de euros.
Lo cierto es que autónomos y pequeños empresarios se quejan de que para otorgarle cualquier descuento o dinero para cubrir mínimos desfases de liquidez, aún tratándose de buenas empresas. Es más, la banca ha empezado a pedir avales personales a estos emprendedores.
Además, en el caso concreto del Santander-Banesto, Emilio Botín se atraviesa un pésimo momento en sus relaciones con el Gobierno español. El cántabro se niega a que el Ejecutivo Zapatero entre en su capital y el Gobierno le recuerda que ha asido el principal impulsor del tremendo apalancamiento del sector infraestructuras. Así, prestando tanto dinero a los constructores, es lógico que no le quede para los pequeños.
