El presidente del Santander contra la Europa de dos velocidades

 

Si se empieza a aplicar quitas a la deuda de algunos países del euro, Eurolandia estallará. Puede que algunas entidades necesiten recapitalización, pero extender las inyecciones a toda la banca generará desconfianza, confusión y contracción del crédito, según Botín.
Emilio Botín lamentaba este martes ante analistas y autoridades económicas que se haya puesto tanto énfasis en la necesidad de recapitalizar a los bancos sin resolver el verdadero problema de Europa: la deuda soberana.En un discurso pronunciado con motivo de la IV Conferencia Internacional de Banca, Botín admitió que "algunas entidades especialmente afectadas por la crisis de la deuda pública griega o de los mercados en general" puedan precisar esa recapitalización, pero advirtió que esta no debe forzarse y ampliarse al conjunto de las entidades europeas. Sobre todo porque no tendrían en cuenta las verdaderas necesidades de la banca, que los estrés test sacaron a la luz, y por la inseguridad, la confusión, la incertidumbre que generarían en el sistema y, en consecuencia, se produciría una contracción del crédito. Por ello, Botín insistió en la necesidad de acabar con el problema de la deuda soberana para recuperar la confianza y el crecimiento económico: "Poner en duda de forma generalizada la sostenibilidad de la deuda pública o del sistema financiero europeo puede llevarnos a una espiral imparable de crisis soberanas y crisis bancarias"

Botín estaba poniendo en evidencia el hecho de que se obligue a los bancos a adquirir deuda y se pretenda después una recapitalización que solo puede proceder de unos fondos públicos que no tienen, pero que obtendrán emitiendo deuda.

En estos momentos se plantea una quita sobre la deuda griega del 50%. Este porcentaje es más del doble de lo inicialmente acordado este verano en la Eurozona, pero se entiende necesario para evitar la quiebra de Grecia (mediante lo que en realidad es una semiquiebra). Paralelamente a un hecho que afecta especialmente a alemanes y franceses, algunas voces apuntaron una quita también para la deuda española que rondaría el 20%.  Rumores, pero estos bastan por sí solos para perjudicar a la deuda española creando una Europa de dos velocidades en la que la deuda alemana sigue siendo referente pase lo que pase y a pesar de los problemas de sus bancos (a los que pretenden recapitalizar con dinero público), mientras la deuda "periférica" se degrada y se fuerza a países como España a pagar cada vez más.

Rodrigo Martín

rodrigo@hispanidad.com