A las 11,30 el presidente del Congreso, José Bono, anunciaba a través de Europa Press su separación de su mujer Ana Rodríguez, con la que ha mantenido un matrimonio de 29 años. Poco antes participaba en los cursos de El Escorial en un seminario sobre la pluralidad dentro de la Iglesia católica. Bono. Genio y figura. Es él.
Lo interesante, más allá de la crónica rosa es que el patrimonio del matrimonio Bono-Rodríguez ha sido objeto de atención informativa por parte de La Gaceta en los últimos días. Y son precisamente los ingresos millonarios de la mujer (joyera y propiedad de varias tiendas de Tous) las que han disparado las alarmas. Bono ha dejado de ser un valor en alza, un discreto presidente del Congreso amante de las cámaras para el protocolo y alguna que otra alegría parlamentaria, pero silente con sus cosas. Eso quizás explique las cosas.