El presidente no tendrá que irse pero el oposición le ha sacado las uñas. Mientras, Repsol espera
El referéndum revocatorio le salió bien a Evo Morales, que recibió el apoyo del 64% de los votos, pero también a los prefectos opositores. Buena prueba del éxito de estos últimos es que el presidente de Bolivia ha rebajado el tono de su discurso y ha tendido la mano a la oposición. Rubén Costas, prefecto de Santa Cruz, denunció el "terrorismo de Estado" promovido por Morales, a quien llamó "macaco". Mientras, el secretario de Autonomía de Santa Cruz pedía al presidente la devolución de los impuestos sobre el petróleo.
El oro negro es buena parte de la clave en este enfrentamiento. Por eso, Repsol observa con atención el desarrollo de los acontecimientos en una Bolivia cada vez más bipolar. La petrolera puede salir finalmente beneficiada de los problemas internos a los que tiene que enfrentarse Evo Morales, especialmente si estos acabaran con la caída del alumno aventajado de Chávez. De momento, el del jersey ya tiene a alguien que le ponga freno.