En el pasado ha habido excesos. Hemos planificado en exceso y hemos desarrollado un exceso de infraestructuras. Parecía como una especie de carrera a ver quién hace más kilómetros. Pero luego hay que mantenerlos. Un ejemplo: el mantenimiento de la red convencional del tren nos cuesta anualmente 1.000 millones de euros. Y las pérdidas de RENFE en su vía convencional nos salen por 150 millones de euros. La línea Madrid-Burgos es usada diariamente por tan sólo 4 personas. Sencillamente, no nos lo podemos permitir. Esta es la reflexión que se plantea Blanco. Así lo ha expuesto en la mañana de este martes en el marco de los cursos de verano de la APIE de la UIMP.
Blanco dice además que tiene las evoluciones presupuestarias para los próximos 8 y 9 años y que no habrá dinero al menos hasta entonces para infraestructura nueva si no es en colaboración público-privada de manera que según los criterios de Eurostat no contabilice en déficit, es decir: todo lo que se haga en el próximo futuro deberá de hacerse contra peaje. Es el modelo catalán que ya planteó el presidente de Abertis, Salvador Alemany, hace un año. Los estados no tienen presupuestos y no pueden engordar sus déficits. La única manera de mantener la inversión en infraestructuras es que el modelo de los peajes. Por la vía de los ingresos, explica el ministro. ¿Significa incrementar las tarifas? Sería insuficiente para los objetivos que nos hemos propuesto, pero prefiero no contestar porque luego nos acusan de lanzar globos sondas o de improvisar y de momento no hemos tomado una decisión.
Andrés Velázquez
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