Marsans arrastra una deuda de 210 millones y el Santander quiere ofrecerle un extra de 42 millones de euros

 

ZP presiona a los bancos acreedores y éstos a FG: Marsans no puede entrar en concurso de acreedores.
Se repite la historia de Reyal Urbis: FG quiere ir al concurso de acreedores mientras Botín, que controla los dos mayores bancos acreedores de Marsans (Banif y Banesto) se empeñan en que Marsans no tenga que pasar por el concurso de acreedores. Aseguran en el Santander que tiene todas las garantías posibles y alguna más, y que -conmovedor argumento para un banquero- pretenden salvar 2.000 puestos de trabajo.

Niegan, por supuesto, que el Gobierno les presione para salvar al presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán; es el Gobierno quien le quiere débil ante el diálogo social, tan débil como para filtrar un acuerdo salarial y negociar la paz social en una reforma laboral que no se mueve ni un milímetro de la actual normativa.

En cualquier caso, la deuda reconocida de Marsans va creciendo: ya hemos pasado de 120 a 210 millones de euros y esta cifra se vislumbra corta. Y es que en el caso de los hombres G, Díaz Ferrán y Gonzalo Pascual, resulta difícil distinguir entre la deuda de Marsans y la de sus dos principales accionistas.

Pero el BBVA se resiste: no entiende por qué hay que dar un trato de favor a un empresario endeudado por el simple hecho de ser presidente de la patronal. En cualquier caso, el Gobierno Zapatero está presionando a los bancos acreedores y los bancos presionan al BBVA. La idea es que el acuerdo -tanto el de refinanciación de deuda como los otros 42 millones de euros para mantenerse hasta la campaña turística de verano- se firmen el viernes 12, aunque ya debería haberse firmado el viernes 4. Siempre que le doblen el pulso a FG.

Moraleja: vean ustedes el mimo con el que el radical presidente del Gobierno, Rodríguez Zapatero trata al presidente de la gran patronal, hijo del dólar y del euro. Y es que la crisis hace extraños compañeros de cama.

Miriam Prat

miriam@hispanidad.com