En la mañana del lunes, un ejecutivo del BBVA explicaba así la exclusiva de Expansión sobre el nuevo organigrama del BBVA, anunciado por su presidente, Francisco González (FG): Esto no es sino un molde donde introducir Bankia.
Ya lo hemos dicho en Hispanidad: el proyecto Bankia tiene que salir sí o sí. El gobernador del Banco de España ha convencido a otras entidades, entre ellas al Santander, para que apoye la salida a Bolsa de Bankia, donde debería captar no menos de 3.000 millones, con su esquema de protección de activos.
Ahora bien, fusionar siete cajas de ahorros y apelar al mercado, en los tiempos que corren, resulta arriesgado. Además, el Banco de España quiere pocas entidades, a ser posible tres, y no apoya una fusión BBVA-Bankia, una vez éste se haya convertido en sociedad anónima.
Total, que FG se ha adelantado y ha resucitado aquel proyecto de José Ángel Sánchez Asiaín, cuando antes de iniciar el proceso de fusiones en España, con la OPA sobre Banesto, creó un holding, a modo de molde, donde introducir luego al absorbido. Eso es lo que ha hecho FG. Ya se sabe que lo más difícil de una fusión consiste en colocar a los directivos (a los curritos se les prejubila y punto). De hecho, ya aprendió de la fusión entre BBV y Argentaria, cuando dejó en la cuneta a Francisco Gómez Roldán para poder matrimoniar con una novia de mayor dote (luego se encargó de eliminar de Emilio Ybarra y Pedro Luis Uriarte). Eso sí, FG ya sabe que Rodrigo Rato no acepta otro cargo que la co-presidencia de la entidad.
En cualquier caso, FG no persigue acumular sucursales en España, que es lo que le ofrece Bankia en una primera mirada. No, lo que persigue es crecer en el exterior, que es donde las cosas le han venido mal dadas y la razón por la que, desde que se hizo con el control en BBVA valía más que su competidor, el Santander, y ahora vale la mitad. No, lo que persigue son los 5.000 millones de del FROB, por el momento, 5.000 millones en busca de propietario.
No hay que olvidar que tras la ampliación de capital del BVA le han reducido la rentabilidad de sus recursos propios al mínimo y que ya no puede o no debe, apelar más al mercado. Y para crecer en el exterior se necesita más músculo financiero, del que ahora carece. Encima, sus inversiones en el exterior -salvo la única que no lleva su firma, México- se saldan por fracasos. Y así no hay menor oiga.
Por cierto, ¿para qué ficha a Fernando Morillo, de Bankinter, cuando tiene a Juan Asúa que le ha conseguido aquello que mejor funciona en BVA: la banca doméstica? Porque Morillo es un buen elemento pero su especialidad es banca doméstica y en España.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com