Existe una relación directa entre ayudas a la familia y un mejor índice de fecundidad. "Así, en aquellos países donde se desarrolla una política integral de apoyo a la familia se consigue, entre otras cosas, incrementar la natalidad".
Esta relación entre las ayudas a familias y el aumento de la fecundidad se hace evidente en países como Irlanda, Francia, Reino Unido y Suecia, que son los países europeos con mayores tasas de fecundidad.
En España sin embargo el apoyo que se da a la familia por parte de administraciones estatales y autonómicas es casi nulo. Según Hertfelder "Que a día de hoy la única medida directa sea la ayuda por hijo de 24,25 €/mes siempre y cuando los límites de ingresos no superen los 11.490 €/año, constata el grado de abandono a la familia", además hay que tener en cuenta que la media europea es de 125 €/mes.
Ante esta situación de crisis demográfica que no solo afecta a España, sino que también es un problema para muchos otros países europeos, el ex ministro alemán de Economía Wolfgang Clement propone otras medidas como la jubilación libre hasta los 80 años "es la consecuencia lógica del cambio demográfico, con jubilarnos a los 67 no alcanzamos.
Quien quiera y pueda debe seguir trabajando hasta los 75 e incluso hasta los 80". Tanto España como muchos otros países de Europa y de fuera de Europa se acercan poco a poco a una situación de crisis demográfica que solo se podrá evitar tomando medidas que estimulen la natalidad de forma efectiva.
Sin embargo, aunque las ayudas a la familia y a la natalidad deberían ser una prioridad en cualquier país, detrás del descenso demográfico se esconden otras cuestiones mucho más profundas, que nacen del hedonismo imperante, del egoísmo aceptado y de la pérdida de valor de la familia. Y además, no hay ayudas.
Domingo Martínez Madrid