Sr. Director:
"Incluso entre los bautizados y los discípulos de Cristo hay hoy una especie de apostasía silenciosa, un rechazo de Dios y de la fe cristiana en la política, en la economía, en la dimensión ética y moral y en la cultura post-moderna occidental".

"Involuntariamente respiran con todos sus pulmones doctrinas que van en contra del hombre y que generan nuevas políticas que tienen un efecto de erosión, destrucción, demolición y grave agresión, lentas pero constantes, sobre todo en la persona humana, su vida, su familia, su trabajo y sus relaciones interpersonales. No tenemos ni siquiera el tiempo para vivir, amar, adorar.

Este es un desafío excepcional para la Iglesia y para la pastoral de la caridad. La Iglesia, de hecho denuncia también las diferentes formas de las que es víctima la persona humana".

Según cardenal Robert Sarah, "un humanismo sin Dios, al lado de un subjetivismo exacerbado, ideologías que son difundidas por los medios de comunicación y por los grupos extremadamente influyentes y financieramente potentes, se esconden detrás de las apariencias del servicio internacional y actúan incluso en el ambiente eclesial y en nuestras agencias de caridad".

Para la Iglesia, pues, "los valores cristianos que la guían y la identidad eclesial de la actividad caritativa no son negociables, deben rechazar cualquier ideología que vaya en contra de la enseñanza divina, rechazar categóricamente cualquier apoyo económico o cultural que imponga condiciones ideológicas opuestas a la visión cristiana del hombre".

Juan García