Gustavo Cisneros, ahora muy preocupado por obtener el Premio Príncipe de Asturias, ha regresado a España. Y mientras el venezolano más querido en el Gobierno Bush aterrizaba en Madrid, su empresa, AOL Latin America presentaba suspensión de pagos en un tribunal de Wilmington, en Delaware, EE UU.

El problema de la división hispana de AOL (recuerden, lo que fue el primer imperio de comunicación del mund AOL-Time Warner-CNN) es que Cisneros posee unos activos de 28,5 millones de dólares y unas deudas de 182 millones e dólares.

Ahora bien, desde Charles Dickens hasta hoy sabemos que la felicidad consiste en cobrar 21 peniques y gastar 20, mientras que la desgracia llega cuando cobras un penique y gastas los mismos 20. Pero a los Cisneros hay que reconocerles una espléndida capacidad de gestión de los números rojos.

En cualquier caso, otra perla de Internet que se va a la bancarrota por lo mism pretender crecer mucho en poco tiempo. E Internet es virtual, pero no mágico.