Ante el SIDA, preservativos. Este viernes 1 de diciembre se celebra el Día del SIDA. La estrategia de todas las organizaciones que luchan contra la pandemia y de las administraciones públicas es siempre la misma: el reparto de preservativos. Una estrategia que -por otra parte- se ha demostrado equivocada. El preservativo genera una falsa imagen de seguridad que provoca una alarmante cifra de embarazos no deseados, abortos provocados y enfermedades de transmisión sexual.

La ministra Salgado ha presentado un informe sobre la enfermedad en España. Durante el 2005 se infectaron 1.649 nuevas españoles, un 75% menos que en 2004, pero muchos más que la media de la UE. Además, las autoridades sanitarias españolas estiman que en España existen entre 120.000 y 150.000 infectados, por lo que recomiendan a quienes realicen prácticas de riesgo (prostitución, promiscuidad u homosexualidad) que se hagan la prueba gratuita y confidencial. Un 40% de los enfermos españoles se diagnostican muy tarde, señalaba este viernes la vicepresidenta De la Vega. Y es que el 25% no es consciente de estar enfermo y por tanto, contagia la enfermedad a sus parejas sexuales, informa el gobierno Zapatero, que insiste en el preservativo y en la prueba como las tablas de la salvación.

¿No es hora ya de cambiar de estrategia? ¿No hemos comprobado sobradamente que la estrategia no funciona? ¿No leemos con cuidado las recomendaciones de ONU SIDA que apuntan más a una correcta educación sexual basada en la fidelidad y la responsabilidad antes que una instrucción sexual? Pues nada, ahí están nuestras autoridades públicas repartiendo gomas en institutos y universidades. Por cierto, ¿quién paga las gomitas? ¿Por qué nadie investiga qué parte del presupuesto de la industria está financiada con fondos públicos?