• Los créditos a los clientes y los activos totales en balance se reducen un 4,4% y un 3,4%, respectivamente.
  • El menor margen de intereses (-6%) contrasta con la mejora del margen bruto ( 12,2%) y el margen típico.
  • La cara menos amable: la caída del beneficio consolidado hasta sólo 63 millones y una reducción del ROA en diez puntos.
  • La ratio core capital con Basilea III queda en un valor del 10,67% y su TIER 1 en un 11,18%, 150 puntos básicos por encima del primer trimestre de 2013.

En el día de ayer hemos tenido oportunidad de conocer los criterios que aplicará la Autoridad Bancaria Europea en los diferentes test de stres que realizará sobre la banca europea, antes de la creación de un único sistema de supervisión a finales de este año. Los criterios, quizá algo más flexibles que los esperados inicialmente, ha motivado un cierto optimismo en los inversores que se reflejó en un aumento de la cotización de ciertos valores de entidades financieras medianas, lo cual siempre es una buena noticia, especialmente aquellos que gusten de la estrategia Sell in May and Go Away.

Asimismo, en estos días, hemos podido ver el anuncio de resultados de otras entidades del sector financiero, que revelan, por una parte, el efecto de los ajustes contables realizados a lo largo del ejercicio previo y el aumento de dotaciones, limitando en alguna medida la comparabilidad inmediata de los datos, y por otra, el comportamiento dispar de la actividad económica en las áreas de negocio de estas entidades.

En esta ocasión contamos con la presentación de los datos del primer trimestre del Banco Popular, que de la mano de las cuentas del BBVA con menores beneficios por falta de plusvalías, atenazaban al Ibex 35 a lo largo de la jornada. El anuncio del interés del Banco Popular de comprar la red de oficinas de Catalunya Caixa y su menor apetito por el negocio de Barclays servía de contrapunto para unos resultados interesantes de analizar. Del estudio de sus datos más significativos destaca un sutil caída de los activos gestionados respecto al mismo periodo del año anterior. Los créditos a la clientela y los activos totales en balance se reducen respectivamente en un 4,4% y en el 3,4%, que se refleja en un menor margen de intereses -un 6% menos- pero con una mejora interesante del margen bruto, un 12,2 por cien más, y del resultado antes de provisiones o margen típico. Si esto puede parecer una buena noticia, la caída del beneficio consolidado del periodo hasta sólo 63.055.000 euros y una reducción del ROA en diez puntos, que se refleja en un ROE inferior y en una peor eficiencia operativa, hace a más de uno considerar la validez del indicador de Hallowween para salir urgentemente del mercado, al menos para este valor. El aumento de la capitalización bursátil a lo largo del último año hace del mismo un valor interesante para recuperar beneficios.

En esta línea de cifras llamativas contamos con datos referentes al elevado valor de los deudores morosos en más de un 36,9 por cien, lo que supone dejar la dudosidad en una cifra de 5.656.035 miles de euros. Ello conlleva una ratio de morosidad igual al 14,28 por cien, una de las más elevadas entre los principales bancos españoles, y con unas igualmente elevadas dotaciones. Bajo la consideración de que, si bien se está produciendo un cierto avance en algunos de los indicadores macroeconómicos, dicha mejora aún no se está trasladando al negocio bancario; la entidad mantiene elevadas las provisiones, aumentando incluso su importe respecto al ejercicio anterior.

Por suerte para la entidad y sus accionistas este conjunto de noticias y cifras dispares se refleja en una importante tranquilidad en lo referente a las ratios de solvencia. La ratio core capital con Basilea III queda en un valor del 10,67% y su TIER 1 en un 11,18%, 150 puntos básicos superior al mismo periodo del ejercicio anterior. Parece entonces que nos encontramos en las fases iniciales de un proceso de consolidación de la recuperación económica y de las entidades financieras en particular, pero con un lento reflejo en los estados financieros de éstas. La debilidad que se está produciendo en la mejora de la demanda interna por los daños ya ocasionados sobre los diferentes agentes económicos suscita cambios lentos y mejoras menores en las entidades, comportamiento que con el tiempo nos pueden permitir descubrir las consecuencias económicas y sociales que ha tenido la situación de crisis actual.

Rodrigo de Silos

rodrigode@hispanidad.com