Así toma el pelo el Santander a sus propietarios y al mercado. La golfada consiste en el pago en acciones y en no haber avisado de la segunda reclamación de dinero. Venderlo como una revalorización del 80% es decir la verdad, nada más que la verdad pero no toda la verdad. No parece serio fiar el éxito futuro a la subida bursátil. Y la CNMV, calladita

Banco Santander someterá a la junta general de accionistas, que tendrá lugar el próximo 19 de junio, en Santander, la ampliación de capital por un importe máximo de hasta 1.000 millones de euros, con motivo del plan de retribución a sus accionistas, a los que les ofrece la posibilidad de recibir el segundo dividendo a cuenta del año, que se repartirá el próximo mes de noviembre, en efectivo o en acciones nuevas de la entidad.

El banco explicó este lunes que esta iniciativa responde a las sugerencias formuladas por los accionistas, principalmente de los que reinvierten el dividendo en títulos del banco y suponen el 8% del capital. A falta de conocer el porcentaje exacto de accionistas que optarán por recibir títulos en vez de efectivo, el banco que preside Emilio Botín maneja la hipótesis de que un 20% del accionariado preferirá las acciones y un 80% se decantará por el efectivo. No obstante, la ampliación de capital para atender a este plan dependerá de la demanda que tenga dicha retribución en títulos.

En este sentido, los accionistas deberán aprobar el aumento del capital social mediante la emisión de nuevas acciones ordinarias de 0,5 euros de valor nominal cada una, sin prima de emisión, de la misma clase y serie que las que actualmente cotizan, con cargo a reservas voluntarias procedentes de beneficios no distribuidos.

Y es que en finanzas todo depende de cómo se cuenten las cosas. Ejemplo, el diario Expansión, líder de la prensa económica tras el gratuito Negocio, titula en su portada del lunes: La ampliación de capital del Santander se revaloriza un 80%. Visto así, el lector no avisado juraría que la ampliación ha sido un éxito para los accionistas, antiguos o nuevos, que acudieron a la de noviembre. Y es verdad que han cobrado 0,38 euros por acción, y es verdad que don Emilio Botín se arriesgó a reducir su capitalización un montón cuando amplió en noviembre a precios de risa y que incuso logró colocarla.

Ahora bien, para el accionista, óptica esta que conviene contemplar alguna vez, la golfada consiste en el pago con acciones en esta segunda parte de la movida. Lo que está haciendo don Emilio es pedirle dinero al mercado a costa de diluir de forma constante el valor por acción.

En pocas palabras: pague usted en metálico, don Emilio, no en títulos. ¿O es que alguien va a comprarle derechos a los titulares de la ampliación de noviembre? ¡Amos anda!.

Botín siempre podrá defender que si el accionista aporta dinero una vez más, las revalorizaciones futuras le compensarán de todo. Sí, pero el futuro es un niño en las rodillas de los dioses y, en cualquier caso, don Emilio, usted debería haber avisado de la nueva apelación al mercado, esto es, de la nueva petición de dinero. Más que suscribir títulos del Santander, Botín te obliga a casarte con el Santander, en matrimonio por muchos años.

Y la CNMV, calladita.

Tras Madoff, Lehman, los bancos austriacos o los islandeses, alguien debería recordarle a don Emilio que todo tiene su límite. Una cosa es que el Banco de España haga la vista gorda con la mora bancaria y otra cosa que permite vender duros a 4 pesetas.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com