"Ya tengo algunos años y soy bastante escéptico sobre un cambio de modelo en la televisión pública". Así se ha expresado el presidente de Tele 5, Alejandro Echeverría, en la mañana de este miércoles 20. Sin embargo, a su juicio, el reto fundamental del sector audiovisual español es definir el modelo de contenido y de financiación de las televisiones públicas: "No tienen una obligación cierta, compiten en cuota de pantalla y en publicidad y no están sujetos a algo tan prosaico como la cuenta de resultados". ¿Alguien da más?
En su opinión, la televisión pública ha abandonado la vocación de servicio público y ha practicado un dumping en tarifas que ha afectado en cascada no sólo a las televisiones comerciales, sino también a las radios y a los periódicos. Estos últimos, a su juicio, atraviesan un momento de "crisis estructural" preocupante. Por eso, Echevarría cree que si el modelo de financiación de la televisión pública cambia, se produciría un efecto en cadena sobre todos los sectores mediáticos.
No obstante, se muestra escéptico: "Una cosa son las declaraciones de los políticos y otra la realidad de los hechos. El anterior Gobierno prometió mucho y no hizo nada. El programa del PSOE dice muchas cosas y esperemos que haga algo". O sea, que no espera demasiado de los políticos. Además, Echevarría pone encima de la mesa el problema de la proliferación de las televisiones autonómicas: "España es el país de nuestro entorno con más televisión pública". Y añade que las televisiones autonómicas han superado ya los 2.000 millones de euros de déficit.
Sin embargo, el presidente de Tele 5 se muestra partidario de la existencia de una televisión pública fuerte, con una misión que cumplir y financiada con fondos públicos, siguiendo el modelo de los países de nuestro entorno, y en la misma línea de lo manifestado por el consejero delegado de A-3 TV, Maurizio Carlotti. No comparte, pues, el rumoreado proyecto de privatización parcial del Ente, un proyecto que calificó de "complejo" desde el punto de vista técnico, jurídico, económico y laboral. Tampoco quiso valorar económicamente el valor de la marca, aunque reconoció que siempre es mejor partir de una cuota del 6% que tiene actualmente La 2 que partir de cero en un negocio hipercompetitivo.