La mejor defensa es un ataque. Así que el ministro de Justicia, Juan Fernando López Aguilar, ha optado por esta estrategia. Defiende que la reforma del artículo 44 del Código Civil no sólo se ajusta a la Constitución, sino que la cumple mejor. Según el titular de Justicia, regular el matrimonio como "dos que se quieren" desarrolla mejor lo contemplado en el artículo 9.2 de nuestra Constitución relativo a la libertad e igualdad; al artículo 10.1 que contempla el libre desarrollo de la personalidad; y el artículo 14 que contempla la no discriminación por razón de sexo o cualquier otra condición personal y/o social. Un buen argumentario inicial para un eventual recurso de inconstitucionalidad.

Además, Aguilar ha insistido en que la reforma del artículo 44 "irradia" otros preceptos vinculados a la regulación del matrimonio, por lo que las reformas se realizarán de manera automática, sin necesidad de realizar una reforma específica. Por tanto, el "derecho" a la adopción resultará automático.

Más problemática será la aplicación internacional de esta reforma. Aguilar reconoce que -obviamente- no se puede modificar la legislación extranjera, pero que la aplicación de esta norma, no va a modificar los procedimientos en curso, tal y como ocurrió en Bélgica, cuando afrontó una reforma similar. En cualquier caso, anuncia que el Gobierno hará "pedagogía" con los países con los que existe mayor relación de adopción por parte de matrimonios españoles. Es decir, que la medida no será bien digerida por algunos países que podrían suspender sus convenios de adopción internacional con nuestro país. De hecho, algunos funcionarios mexicanos ya han manifestado a Hispanidad.com la voluntad de estudiar "seriamente" la reforma emprendida por el Gobierno español.