"La participación española en las labores de reconstrucción y ayuda será económica". De esta manera, se manifestó el secretario general de la Asociación Española de Cooperación Internacional (AECI), Juan Pablo de la Iglesia. Sin embargo, tras las reuniones con las distintas ONGs, De la Iglesia anunció un paquete más amplio de medidas para paliar los daños de la catástrofe natural.
Un avión parte el martes 28 hacia Sri Lanka, el único país que, de momento, ha solicitado ayuda de manera oficial. El resto, según informa el alto funcionario, se encuentran en labores de evaluación de daños. De momento, irán expertos en labores de rescate y algún material como medicinas, aunque la AECI anuncia que tanto la alimentación de emergencia como las tiendas de campaña para los damnificados serán adquiridos en el mercado local.
El presupuesto inicial de la AECI asciende a un millón de euros, aunque podría complementarse con nuevas partidas tras la evolución de la realidad sobre el terreno. Además, las comunidades autónomas también participarán en las labores de reconstrucción y ayuda. Valencia, por ejemplo, aportará 150.000 euros y Cataluña, 100.000, a través de algunas ONGs como Acción contra el Hambre. Galicia también aportará 60.000 euros y Madrid ha puesto a disposición de la AECI medios de apoyo en material de rescate. En total, según cálculos del secretario general de la AECI, las ayudas autonómicas podrían sumar otro medio millón de euros.
A todo esto hay que sumar la labor y los medios de distintas ONGs como Bomberos sin Fronteras, Médicos Mundi, Cruz Roja y Manos Unidas que también se han prestado a colaborar en ayudar a los damnificados por el maremoto. La AECI será la encargada de coordinar todas las actuaciones de emergencia, tal y como prevé la ley. Más allá de las competencias legales, todos los que conocen la realidad de la emergencia, saben que la coordinación es clave para que la ayuda sea eficaz", señala De la Iglesia.
Por otra parte, los expertos aseguran que las réplicas podrían durar varios meses, aunque con intensidades muy inferiores a las producidas en los últimos días.