El Juzgado 47 de lo Penal de Plaza de Castilla, en Madrid, emitió un auto el pasado 26 de noviembre admitiendo a trámite la querella presentada contra el actual director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Rodrigo Rato, por la venta de la compañía de su familia, Aguas de Fuensanta, a Banesto, presidido por Ana Patricia Botín. La venta se produce a precios desorbitados cuando la compañía acumulaba varios ejercicios de pérdidas, arrastraba endeudamiento galopante y Rato era ministro de Economía. El juez observa indicios de falsificación, denegación de documento, administración desleal y apropiación indebida, y acepta prácticamente todas las diligencias previas solicitadas por el querellante, Juan Francisco Franco Otegui.
La primera diligencia será la comparecencia del propio querellante el próximo 11 de enero a las 10:00 horas. El asunto descansa en los Juzgados de la Plaza de Castilla después de toda una peripecia judicial. El asunto se presentó ante la Agencia Tributaria y la Fiscalía Anticorrupción en el año 1999. Nunca se movió. El querellante decidió "resucitarla" y presentarla ante la Audiencia Nacional el pasado 28 de diciembre de 2003. Ahí estuvo "dormida" hasta que el 14-M los populares pierden el poder y Rato deja de ser ministro de Economía.
Y el 28 de julio se incoa un auto observando indicios de delito, aunque remitiendo la causa a los tribunales ordinarios y dando traslado al Ministerio Fiscal. La Fiscalía ha tardado tres meses en emitir su informe favorable a la admisión a trámite, que, finalmente, se produjo, como ya hemos dicho antes, el pasado 26 de noviembre. De esta forma, se comienza a estudiar el asunto con un año de retraso, o cinco, si tenemos en cuenta las denuncias presentadas ante la Agencia Tributaria y la Fiscalía Anticorrupción. En cualquier caso, mal asunto para un Rato que ahora vive en Washington con honores de jefe de Estado y que no puede permitirse un manchón en su expediente.