El nuevo consejero delegado de Vocento, Iñaki Arechabaleta, sustituye al cesado José Manuel Vargas. Ahora bien, Arechabaleta será un ejecutivo de transición, toda vez que ha fallado la búsqueda de un presidente ejecutivo de Vocento y tras rechazar la postulación de Mauricio Carlotti, cuyo principal encargo es solucionar el problema del mayor grupo de prensa regional de España: ese problema se llama ABC.
Empezando por el final, Vocento fracasó en su intento, primero de comprarle La Razón, su principal competidor, a Planeta. Lara intuyó que quería comprarla para cerrarla, y se negó. Luego, a medida que las sucesivas reducciones de plantillas y externalización de servicios seguían sin funcionar -en 2010, ABC perdió 17 millones de euros-, José Manuel Vargas invirtió la operación: ofreció ABC tanto a Rupert Murdoch, sin resultado, mientras se intentaba evitar los dos nombres más peligrosos: Mario Conde y Jaime Castellanos, cuñado de Emilio Botín. Mayormente, porque ambos compran a pérdidas: es decir, hay que regalarles el producto y con balance limpio.
Al final, la situación se ha vuelto insostenible. No se cesa a Diego del Alcázar, presidente cuyo mandato termina la próxima primavera y que, además, es hombre bien relacionado con los Ybarra y los Urrutia. Eso sí, para entendernos, quien ahora manda en Vocento es Víctor Urrutia, quien se niega a asumir el papel de presidente de un medio informativo -profesión de riesgo- y prefiere mandar en la sombra.
Por tanto, Iñaki Arechabaleta tiene como principal cometido arreglar el problema del ABC. Visto que la venta no es posible, el Consejo le exigirá, como primer cometido, que aborde una reconversión salvaje del matutino y que lo segregue del Grupo, aunque esto podría no gustar a algunos accionistas, por ejemplo a los Luca de Tena. Si la reconversión no resultara factible, el objetivo sería convertir al ABC en un diario regional de Madrid, siguiendo la tónica de todos los periódicos del Grupo, cuyas cuentas de resultados están mucho más saneadas que la del rotativo madrileño.
Una pena, porque hablamos de una cabecera histórica que, además, está publicando un gran periódico. Pero las cuentas no salen.
Por su parte, Mario Conde, hoy estrella del Grupo Intereconomía, no sólo desea el ABC. Su apuesta es por el diario monárquico y por Canal 10, todo de un golpe. Por cierto, Canal 10 se ha puesto en alquiler. Desde el lunes 4 ya sólo emitirá material enlatado, sin producción propia. Está claro que Mario Conde quiere volver al proscenio de la vida pública española. Y en ABC ha visto su oportunidad.
Ésta no es la primera vez que Conde trata de hacerse con el periódico. Como presidente de Banesto, antes de su caída, y con ayuda de SM el Rey -según cuenta Jesús Cacho en su libro, Duelo de Titanes- ya intentó que Guillermo Luca de Tena le trasfiriera el diario. Éste se negó a la petición regia.
En cualquier caso, sorprende que los problemas vengan por el ABC, cuando, a pesar de sus pérdidas, es de los tres grandes diarios españoles, el menos endeudado de todos. Nada que ver con la macrodeuda del grupo PRISA o las de Unedisa, trasladadas o no a la matriz Rizzoli. Y lo más triste, insisto, es que los periodistas de ABC están realizando un espléndido trabajo profesional, a pesar de las bajas.
Eulogio López
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