Lo importante no es que Pablo Iglesias (en la imagen) quiera afiliar a Jesucristo a Podemos. Eso es habitual. Lo importante no es que Cristo sea de Podemos sino que Podemos sea de Cristo. Porque Dios no es propiedad del hombre sino el hombre propiedad de Dios. A lo mejor Iglesias y Monedero no piensan igual pero casi seguro que este asunto no será tratado en la Asamblea de Podemos que comenzó el lunes 15 de septiembre.
A partir de ahí, me quedo muy tranquilo. Estoy convencido de que Pablo Iglesias, tras esas palabras, confiesa y comulga con frecuencia, tal y como ordena Jesucristo, además de rezar el Santo rosario con la devoción propia de un filósofo de su categoría. Por ahora, sólo el ministro Margallo, sin duda la cabeza más pensante, o al menos la más irónica, del Gobierno Rajoy, así como la más culta, ha dado en el clavo cuando interrumpió a un grupo de periodistas que se quitaban la palabra unos a otros, a la entrada de un consejo de ministros de Exteriores. Comentarios en Bruselas: "pónganse ustedes de acuerdo que esto parece una asamblea de Podemos".
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