Al presidente de ACS y del Real Madrid, Florentino Pérez no tiene suerte con los coches. Recientemente estrenó una maravilla de Audi A8, convenientemente equipado con todo tipo de equipos electrónicos, algo en verdad complejo.
Tan complejo, que el poderoso automóvil se bloquea, y prorrumpe en alarmas y todo tipo de pitidos. Pérez es hombre paciente, pero no tanto. Lo llevó al taller y allí le contestaron que no pueden hacer nada: los detectores del automóvil son tan potentes, tan sofisticados, que recogen la señal de los inhibidores. Esos artefactos que se ha convertido en el no va más de la lucha antiterrorista, los mismos que hacen, por ejemplo, que el cierre automático de su automóvil no funcione cuando usted aparca frente a algún ministerio o embajada importante.
Una de dos: o Audi le tiene manía a Florentino no lo creo, no es mal cliente- o Madrid es la ciudad con más inhibidores del planeta.