El día 23 de febrero del año 1981, de regreso a casa, escucho en la radio un tiroteo y pensé, ¿dónde será?
En seguida supe que ocurría en el Congreso de los Diputados, resulta que un grupo de guardias civiles, encabezados por un tal Tejero, intentaban dar un golpe de Estado a la, aún reciente, democracia en nuestro país, dije: ¡joder! ya volvemos a la criminal dictadura otra vez.
Toda aquella tarde y hasta la mañana siguiente permanecí en casa, con mi mujer e hijos, con la radio y la televisión encendida (y por qué no decirlo) acojonado toda la noche hasta que apareció el rey por televisión y empezaron a verse imágenes de cómo salían los guardias civiles, descolgándose por las ventanas del edificio del Congreso de los Diputados.
A la mañana siguiente me enteré que, en todas partes, los que tuvieron medios, salieron poniendo pies en polvorosa y los que no teníamos esos medios pues nos encomendamos a en fin que como en la dictadura, a los tontos de turno nos detenían y encarcelaban pero a los que gobiernan pues no, incluso a gente joven y con hijos, algunos de los que pudieron salir corriendo esa noche, les encomendaron la custodia de documentos comprometidos, en concreto en Lleida, uno de estos jóvenes guardó algunos documentos debajo de su cama, en algunos lugares esa maldita noche algunos camisas azules salieron a la calle con una lista de personas, esperando que el golpe triunfara, gracias a Dios hoy que cumplo 63 años puedo contarlo.
Miguel Dueñas Muñoz