Son dos familias catalanas, de esas de toda la vida. Los Bonet, propietarios de Freixenet, y los Carulla, dueños de Agrolimen, el grupo que engloba marcas como Gallina Blanca, Affinity, Bocatta, Pans & Company, BioCentury…
Sin embargo, mientras los primeros invitan a los Reyes de España por el centenario de Freixenet –jueves 12 de febrero-, los segundos no se atreven, ni siquiera, a contactar con la ministra de Agricultura del Gobierno Rajoy, Isabel García Tejerina, y 'se contentan' con el conseller de Agricultura de la Generalitat, Josep Maria Pelegrí, para inaugurar, este viernes, la nueva sede del grupo Gallina Blanca Star.
En otras palabras, los Carulla nadan y guardan la ropa. No se han distinguido como nacionalistas, pero tampoco han dado un paso al frente en sentido contrario.
Mariano Tomás
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