- Director
Rodrigo Sorogoyen - Intérpretes
Antonio de la Torre, José María Pou, Mónica López, Nacho Fresneda, Ana Wagener, Bárbara Lennie y Luis Zahera - Nacionalidad
España - Fecha estreno
Viernes, 28 de septiembre de 2018
https://www.youtube.com/watch?v=XXqHt-WiAVI
Denuncia de la corrupción politica... del PP
Cine pegado a la actualidad, ya que a ningún espectador español se le escapa, mientras contempla el film, que los acontecimientos narrados se parecen demasiado al caso Bárcenas (aquí también vemos unos “papeles” con iniciales de políticos que reciben sobresueldos en dinero negro) y que la incisiva presentadora de televisión (interpretada por Bárbara Lennie) es un calco de la periodista de La Sexta, Ana Pastor.
El futuro político de Manuel, un vicesecretario autonómico, parece que puede ser muy halagüeño para dar el salto a la política nacional. Pero todo se va al traste cuando, tras unas filtraciones, se ve implicado en una trama de corrupción junto a Paco, uno de sus mejores amigos. De la noche a la mañana Manuel se ve expulsado del “reino” y se convierte en un apestado entre su grupo político y, sobre todo, ante la opinión pública. Pero él no recula, no se queda parado, e intenta defenderse contando solo con el apoyo de su mujer y su hija.
Responsable de Stocklhom, descripción de la una juventud vacía y hedonista, el cineasta Rodrigo Sorogoyen demostró una especial pericia para retratar una situación actual de la sociedad española. En esta ocasión ha sido más ambicioso y, mediante el género de suspense, denuncia algo tan reprobable como la corrupción política desde el punto de vista del implicado, de la soledad que siente tras ser abandonado por sus compañeros de partido. Así, resulta muy acertada la frase con la que publicitan la película “los reyes caen pero los reinos continúan. No obstante, cinematográficamente, esta película se resiente de la presentación de algunas secuencias trascendentales de forma algo esperpéntica, como la escena del balcón donde Manuel intenta que confiese “todo” su amigo y el abuso del rodaje con cámara al hombro que, efectivamente, confiere un ritmo trepidante pero “agota” a quien la contempla.
Para: aficionados a los thrillers políticos que no les importen las casualidades