Pedro Sánchez paga la factura al separatismo catalán.
¿Este Gobierno ultraprogre de Pedro Sánchez es bueno? Por ejemplo, la reacción del mundo económico recuerda a aquel cronista que, con motivo de uno de los habituales ridículos de nuestros nadadores en las Olimpiadas, realizó el siguiente balance de aquellos Juegos de la era moderna: “Bien, no se ahogó ninguno”.
Yo tengo mis dudas sobre el Gobierno Sánchez en el que está claro que, al menos por el momento, no se ha ahogado ninguno… ni ninguna.
En el nuevo Ejecutivo figura Carmen Montón, la abortera rabiosa, en calidad de ministra de Sanidad. Que no nos pase nada.
Epatar en ideología de género, que resulta gratis, y en tópicos sobre igualdad y cambio climático
De vicepresidenta, Carmen Calvo: ayer se insistía desde los grupos feministas -todos ellos en el poder- en cantar las excelencias feministas (al parecer no tiene ninguna otra excelencia), mientras en los corrillos políticos se hartaban de reír con la número dos de Sánchez, sólo un poco menos indocumentada que su jefe de filas.
Por no hablar del jacobino Josep Borrell, cuya postura antinacionalista ha hecho olvidar por qué dimitió: porque dos de sus principales colaboradores (Agencia Tributaria) en Cataluña se dedicaban a perdonar inspecciones del Fisco a cambio de mordidas. Él no sabía nada, naturalmente pero su historial no casa con su prepotencia, ni con su también rabioso anticlericalismo.
Y así podríamos seguir con la ministra del cambio climático, Teresa Ribera, en parte responsable de que Florentino Pérez (¡Oh capitán, mi capitán!) nos tomara el pelo a todos los españoles con el Castor, y la indocumentada María Jesús Montero, una de las claves del desastre hacendístico y presupuestario andaluz. Es decir, medalla de oro en la materia, en España.
No olviden que el ecologismo, el feminismo y el homosexualismo tienen una gran ventaja: políticamente salen baratos
Y qué me dicen de Nadia Calviño, capaz, sin duda, un calco ideológico de su padre, José María Calviño, para quien toda teoría es reversible menos la cristofobia. Ninguna exageración: ha recortado la PAC europea y ahora tendrá que defender a España ante Bruselas para que no recorten los fondos PAC hacia España.
Estamos ante un Gobierno de tópicos, de feministas y de inanidad. Se trata de epatar en ideología de género, que resulta gratis y en tópicos sobre igualdad y cambio climático.
No olviden que el ecologismo, el feminismo y el homosexualismo tienen una gran ventaja: políticamente salen baratos para los gobiernos (que no para el contribuyente). Ya verán como el Gobierno del señor Sánchez no toca las pensiones -si no es para peor-, persistirá en las cuestiones como la brecha salarial femenina (más bien feminista) que no existe… y si se da, es en casos concretos, también existe el robo y es perseguido por policías y fiscales.
O la farsa del cambio climático: el cambio que se denuncia está distorsionando y el cambio climático real tiene consecuencias buenas y malas. Contra las malas poco puede hacer un ministerio del Cambio Climático. Lo dicho: tópicos, inanidad y mucha cultura de género.
En efecto, es un Gobierno para el señor Sánchez y para el PSOE, no un Gobierno para España.