Ayer contó Hispanidad que Bruselas permitirá que continúe el derroche de deuda pública hasta 2023, es decir, que hasta ese año la UE renuncia a exigir a los países miembros que acaben con los excesos de déficit y deuda.

Por otra parte, el Banco Central Europeo compró en febrero solo 12.000 millones de euros de deuda pública emitida por los países europeos, que está permitiendo que los intereses que paguen han mínimos o incluso negativos.  

Y en ese contexto, el Tesoro público español ha celebrado una nueva subasta de deuda en la que ha colocado 6.180,41 millones de euros en una nueva subasta de bonos y obligaciones, con una demanda conjunta de las cinco referencias subastadas este jueves que ha superado los 11.000 millones de euros.

En concreto, ha vendido 1.120 millones de euros en el bonos a cinco años, con un interés marginal del -0,240%, con lo que sigue cobrando a los inversores por esta referencia, aunque algo menos que en la subasta previa celebrada el pasado 4 de febrero (-0,345%).

En la obligación a 7 años, ha adjudicado 1.168,57 millones de euros, y la rentabilidad marginal se ha colocado en el 0,035%, muy por debajo del 1,624% ofrecido en una subasta similar celebrada en noviembre de 2018.

Asimismo, ha colocado 1.874,52 millones en la emisión a diez años, con un interés marginal del 0,362%, superior al 0,171% ofrecido el pasado 4 de febrero.

También ha sacado dos referencias más a 15 años, una con cupón del 1%, en la que ha colocado 731 millones y ha ofrecido una rentabilidad marginal del -0,876%; y en la otra referencia, con cupón del 1,85%, ha adjudicado 1.286,32 millones, con un interés marginal del 0,675%.