- No entienden por qué le dio acceso a su fibra óptica en zonas no reguladas.
- En cualquier caso, la estrategia low cost de los franceses funciona en ingresos aunque todavía no en beneficios.
- Lo que está claro es que Telefónica ya no es la que está devaluando el sector.
- Ahora lo hace Orange.
- Todo esto mientras en Francia, Macron se dispone a reducir la participación del Estado (22,9%) en la matriz.
Orange España, con sus cuatro marcas,
Orange, Jazztel, Amena y Simyo, se ha convertido en la gran
low cost de nuestro país, algo que, a la vista de los resultados, le está saliendo bien en cuanto a ingresos, aunque todavía no ha logrado trasladar ese éxito a los beneficios.
Ahora bien, no es oro todo lo que reluce. A la compañía que dirige
Laurent Paillassot (
en el centro de la imagen) se le acusa de estar destruyendo valor al sector con sus ofertas cada vez más agresivas.
El cabreo de Telefónica y de Vodafone es grande y no es el primero. Orange ya se desmarcó del resto cuando se suprimieron las subvenciones a los terminales.
La filial de la teleco francesa no secundó la medida, lo que le permitió ganar la batalla de la portabilidad durante varios meses, eso sí, a costa de castigar sus propios márgenes.
Ahora, el cabreo es aún mayor. Acusan a los franceses de convertirse en el soporte de
Másmóvil. Lo que no entienden Telefónica y Vodafone es que Orange haya dado acceso al operador que dirige
Meinrad Spenger a su red de fibra en zonas no reguladas. Es como dejar entrar al enemigo a tu propia casa. De hecho,
Orange ha sido la que más ha sufrido la irrupción de Másmóvil durante la primera mitad del año y ha perdido posiciones en favor de la teleco que dirige
Antonio Coimbra (
en la imagen, a la derecha) según los datos de la CNMC.
Esa es la paradoja: mientras Orange ralentiza su ganancia de líneas de banda ancha fija, su negocio mayorista -en el que su acuerdo con Másmóvil es esencial- crece a buen ritmo y le permite sumar varios puntos a la cuenta de resultados.
Lo que sí está claro es que Telefónica ya no es la que devalúa el sector. ¿Recuerdan? Cuando
Luis Miguel Gilpérez (
en la imagen, a la izquierda) lanzó
Movistar Fusión, el sector le acusó de devaluar el sector en unos 5.000 millones de euros. Cinco años después, la convergencia no es una opción, sino una necesidad.
Ahora es Orange la que está provocando pérdidas de valor con sus ofertas
low cost, cada vez más agresivas. Por ejemplo, la lanzada por Amena en junio, que incluye fibra óptica y llamadas de móvil ilimitadas por
40,95 euros al mes.
Luego está el coste del fútbol, que es lo que más preocupa al sector. Es otra paradoja:
resulta imposible rentabilizar los precios que se han pagado pero, al mismo tiempo, no pueden dejar de ofrecerlo si no quieren perder clientes.
Todo esto ocurre en España mientras en Francia,
Emmanuel Macron se dispone a reducir la participación del Estado (22,9%) en Orange.
El presidente quiere vender participaciones del Estado en empresas para lograr liquidez y reducir el déficit y, al mismo tiempo, seguir manteniendo el control sobre esas compañías.
Pablo Ferrer
pablo@hispanidad.com