Eduardo Navarro (en la imagen, a la izquierda), presidente ejecutivo de Telefónica Brasil, vuelve a España. El presidente del Grupo, José María Álvarez Pallete, ha decidido recuperar al que fuera su mano derecha, que regresa a Madrid en calidad de secretario general técnico y director de Relaciones institucionales. Vuelve, por tanto, a la capital española, con plenos poderes: estrategia, comunicación, marketing, relaciones externas, marca, etc.

¿Y qué significa todo esto? Pues significa que Pallete recupera el control de la organización interna de la Corporación. Nada menos. La influencia del ‘aliertismo’, durante los primeros tiempos y la de los lobbies (que podríamos concretar en tres: el socialista, el popular y el monárquico) que se venía arrastrando, tiende a diluirse.

Se difumina el ‘aliertismo’ y los tres grandes lobbies del Grupo: el socialista, el popular y el monárquico

Por último, consigue Pallete algo más: cerrar, o comenzar a cerrar, la brecha existente entre las cuentas de la compañía y su imagen; una esquizofrenia que incidía directamente en la cotización y que tenía desalentada a toda la plantilla.

Por resumir: Pallete siempre ha mandado en el negocio, ahora tendrá más control en la organización. Es decir, además de gestionar todo, mandará más.   

Respecto a Brasil, uno de los tres grandes mercados de Telefónica, el mayor de Iberoamérica, la idea es que Eduardo Navarro no abandona la presidencia, que dejará de ser ejecutiva, y será sustituido por Christian Gebara.