- Solo la contención del gasto en un 7,1% ha evitado una mayor debacle del resultado de explotación.
- La morosidad sigue siendo alta (10,5%), con un total de dudosos de 12.564 millones de euros, que pesan como una losa.
- A pesar de todo, acaba de pagar un dividendo de 302 millones, un 50% superior al de 2015.
- Mientras, el caos en la inspección del Banco de España repercute negativamente en la reputación corporativa.
Hoy viernes, jornada múltiple de presentaciones de resultados. A la madrugadora del
Popular se ha añadido la de
Bankia. Antes de entrar en consideraciones numéricas, conviene recordar la
situación judicial que continua envolviendo a la entidad presidida por
José Ignacio Goirigolzarri (
en la imagen). Considero que, además de la situación financiera que estamos viendo estos días y que está afectando a todas las entidades financieras de una forma general,
Bankia tiene su cruz adicional en los juzgados que, día sí día no, está ofreciendo una imagen lamentable y que está impactando de una forma directa en la necesaria imagen de solvencia reputacional que todas las entidades financieras necesitan.
Aquí nadie quiere cargar con la culpa de lo que pasó en
Bankia. El
Banco de España continua ofreciendo una imagen lamentable de sus servicios de inspección, con continuas discrepancias en sus declaraciones en sede judicial, hoy si mañana no. Y unos, como los peritos designados por su señoría, contradicen a sus propios compañeros y mantienen unos informes que dejan en una situación muy delicada al BdE, en sede judicial, con argumentos muy flojitos.
Por otra parte, dos juzgados enloquecen y emiten una resolución condenatoria a propósito de la venta de acciones en la
OPV de salida a bolsa, basándose en graves inexactitudes. Mientras tanto, la
CNMV mira hacia otro lado como si con ella no fuese este tema, después que fue ella la que autorizó el folleto de la salida a bolsa. Visto todo esto y con el ánimo de dar a
Bankia la necesaria tranquilidad que requiere este negocio, decide en el mes de febrero la devolución de la inversión en la
OPV a los minoristas que lo requieran.
Pues ni aun así.
Bankia acaba de presentar un pobre resultado trimestral: 237 millones de euros (M€) de beneficio bruto, un 3,3% menos que en 2015. Aunque la entidad retuerza un poco la cifra presentándola también con la corrección del
City National Bank (CNB), ya fuera del perímetro de consolidación, aun así el resultado continúa siendo inferior al de 2015, en este caso, en un 2,1%. El pinchazo, como en el resto de los que ya han pasado por la
CNMV, ha estado en el
margen de intereses, inferior también en un 16,7%.
Bankia lo justifica con la bajada de rendimiento de los bonos de la
Sareb y con la desaparición de las
cláusulas suelo. Tampoco las comisiones se han salvado debido, según la entidad, a la desaparición de las mismas, desde el mes de enero, en las cuentas con domiciliación de nóminas. Solo la contención del gasto en un 7,1% ha evitado una mayor debacle del resultado de la actividad de explotación, que ha sido un 14,3% menor que en 2015.
Veo complicada la situación de
Bankia. Su posición actual requiere una situación financiera más tranquila. Lo que menos necesita son estas turbulencias en los tipos de interés, sentencias como las de las cláusulas suelo, una competencia tan feroz en el mercado a propósito de las
comisiones para captar nuevos clientes -cuentas como la 123 del Santander, que destrozan todas las estrategias de captación de nuevos recursos-, ya que su actual estrategia se encamina a sentar una base de la banca tradicional, en un momento en el que ésta se está demostrando poco rentable con las estructuras actuales.
Además, la
morosidad sigue alta (10,5%).
Bankia está aún lastrada por los 12.564M€ de morosos, que si bien es cierto, se han rebajado en este trimestre en 431M€ y se encuentran dotados con una cobertura del 60,5%, continua siendo una cifra difícil de digerir.
Aun así, acaba de pagar un
dividendo de 302M€ -un 50% más que en el ejercicio 2015-, de los que 195M€ han ido a las arcas del Estado, con lo que ya se han devuelto 1.627M€ de las ayudas recibidas, que ahora algunos cifran en 20.000M€.
En la próxima entrega trimestral deberá aparecer el resultado de la operación de
Globalvia Infraestructuras, S.A., vendida por 420M€.
La receta para
Bankia en este momento solo puede ser
estabilidad de mercado y estabilidad judicial para pasar página de todo lo sucedido. Y como hace ya unos ejercicios escribí, tranquilidad para recuperar la confianza de los clientes.
Rodrigo de Silos
rodrigode@hispanidad.com