• Con ventas de participaciones hasta desconsolidar la deuda, Abengoa consigue reducirla en 3.350 millones de euros.
  • Lo más importante: las ventas del negocio típico -ingeniería y construcción- caen un 7%.
  • Aún así, tras el escándalo y la caída de las renovables, el mercado ha acogido con satisfacción el esfuerzo clarificador del grupo.
  • Felipe Benjumea y Manuel Sánchez Ortega cobraron 4,48 millones de euros cada uno, lo mismo que en 2013.
  • Y Javier Benjumea se embolsó 2,05 millones de euros, 218.000 euros más que en 2013.

El ejercicio 2014 de Abengoa tuvo un punto de inflexión en el mes de noviembre, cuando las acciones se desplomaron un 54,5% en dos sesiones fatídicas. Había una razón: el grupo no había incluido un bono verde emitido como deuda corporativa. La compañía tuvo que salir al paso para tranquilizar a los inversores, y sólo había una manera de hacerlo: reduciendo el endeudamiento de la compañía.

Por entonces, la deuda neta de Abengoa llegaba a los 10.575 millones de euros. Una cifra peligrosamente alta, tal y como adelantó Hispanidad en varias ocasiones a lo largo del año.

Había que disminuir esa cifra, aunque 'sólo' fuera de la contabilidad de la empresa. Así, el grupo que preside Felipe Benjumea (en la imagen) se trazó un plan consistente en dos operaciones: reducir su participación en Abengoa Yield –la filial de renovables que cotiza en EEUU- por debajo del 50% y clasificar de disponibles para la venta los activos y pasivos asociados a la creación, junto con EIG Global Energy Partners, de Abengoa Projects Warehouse 1. Estas dos operaciones permiten desconsolidar, de un plumazo, 3.350 millones de euros de deuda. Por tanto, a cierre de 2014, la deuda neta consolidada del grupo fue de 7.225 millones de euros, lo que supone un ratio de apalancamiento de 5,1 veces el Ebitda.

Eso en lo que respecta a la deuda. Si hablamos del negocio, las ventas de la división más importante, la de ingeniería y construcción, se reducen un 7%, hasta los 4.514 millones de euros. El consejero delegado del grupo, Manuel Sánchez Ortega, ha justificado este martes en Capital Intereconomía, que esta bajada de las ventas "se debe a la terminación de grandes proyectos que hemos tenido en Estados Unidos y que han concluido durante 2013 y principios de 2014".

Mejor ha sido el comportamiento de las ventas de la división de bioenergía, que aumentaron un 5%, hasta alcanzar los 2.137 millones de euros. Pero ni este crecimiento ni el experimentado por el área de concesiones ( 30%) han compensado la caída del 1% de las ventas totales del grupo.

Eso sí, según las cuentas presentadas este lunes, el beneficio neto de la compañía creció un 24%, hasta los 125 millones de euros, y el Ebitda (resultado bruto de explotación) del grupo fue de 1.408 millones de euros, un 11% superior al de 2013. Según el Ceo, esta mejora "se corresponde con haber vendido parte de los activos que teníamos a través de Abengoa Yield".

En cualquier caso, tras el escándalo de la deuda 'oculta' y la caída de las renovables, el mercado ha acogido con satisfacción el esfuerzo clarificador de Benjumea. A dos horas del cierre de la sesión, los títulos del grupo andaluz subían más de un 3,5%, con un Ibex que sólo repuntaba un 0,4%. Las acciones de Abengoa se intercambian este martes a 3,1 euros.

En cuanto a los sueldos, tanto el presidente como el Ceo han mantenido la misma retribución que en 2013, esto es, 4,48 millones de euros, de los que 1,08 millones corresponden al sueldo fijo y 3,3 millones al variable.

El que sí ha visto aumentar sus emolumentos ha sido el hermano del presidente, Javier, que ha cobrado 2,05 millones de euros, 218.000 euros más que en 2013, según consta en el informe remitido este lunes por la compañía, a la CNMV. Una curiosidad: Javier aparece como consejero ejecutivo del grupo, pero en su curriculum no aparece ningún cargo en la compañía.

Pablo Ferrer


pablo@hispanidad.com