Repsol insiste en el scrip dividend y ha amortizado el 4,4% de su capital. Lo ha hecho a través de una nueva recompra de acciones propias que ha comunicado a la CNMV, una operación que tiene la autorización de la Junta General de Accionistas que se celebró el pasado 31 de mayo y que ha gustado al mercado: las acciones han empezado la sesión con una subida del 2,3%, aunque a lo largo del día se han relajado y han acabando con un incremento del 1,19%. 

La inversión máxima para esta recompra asciende a 1.149,65 millones de euros, la cual estará vigente desde este viernes y hasta el próximo 20 de diciembre, aunque podría acabar antes si fuera necesario. En esta ocasión, se trata de una operación habitual, que la petrolera que preside Antonio Brufau suele hacer dos veces al año (de forma previa a los pagos de dividendos), no como la que tuvo lugar hace apenas un mes, coincidiendo con los resultados semestrales: se amortizó un 5% del capital y obedeció a que en la actualización del Plan Estratégico (2016-2020) que se hizo el 6 de junio de 2018, se contempló la posibilidad de recompras adicionales de acciones tras haber cumplido con dos años de antelación los objetivos del Plan inicial. 

Al menos, por ahora, no habrá cambios: la actualización del Plan Estratégico (2016-2020) recoge una mejora de la retribución del accionista a través del crecimiento del dividendo y de recompra de acciones

Como saben, el objetivo de la recompra de acciones propias es reducir el capital social para evitar la dilución entre los accionistas que se acojan al scrip dividend (o también llamado dividendo flexible). Repsol tiene caja y puede amortizar las acciones propias que emite para remunerar al accionista en sustitución del dividendo efectivo.

En definitiva, se trata de un regalo para el accionista, pero mejor sería… suprimir el scrip dividend… y pasar a abonar todo el dividendo en efectivo. Y es que al final, entre hay aumentos de capital y reducciones del mismo… casi lo comido por lo servido. Pero parece que, al menos por el momento, no habrá cambios: en la actualización del Plan Estratégico (2016-2020) se recoge una mejora de la retribución del accionista a través del crecimiento del dividendo y de la recompra de acciones. En concreto, el dividendo de la petrolera subirá un 8% anual, pasando a ser de 0,95 euros por acción este año (con cargo al ejercicio 2018) y llegando al ansiado 1 euro por acción en 2020 (en el correspondiente al ejercicio 2019).